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Camilo Santiago, cerca de ser olímpico: “Bajar de 2:10 sería una buena rampa de salida”

Camilo Santiago se juega este domingo en la Maratón de Valencia (domingo, a partir de las 9:00) poder clasificarse para Tokio 2020. El atleta era futbolista en la Tercera División riojana y, según confiesa él, un auténtico vago. En 2011, casi por casualidad, corrió por primera vez una Media Maratón. Ocho años después, se ha convertido en uno de los mejores atletas del panorama español. Y ahora, a orillas del Turia, quiere cerrar su sueño con un broche dorado. Para explicar los momentos previos, ha pasado por los micrófonos de ‘Radio Rioja’.

“Las sensaciones son buenas, tengo ganas de correr y eso es importante; sé que lo puedo hacer bien y he trabajado para ello. Más que nervioso, estoy ansioso por poder empezar a correr y plasmar en el asfalto todo el trabajo de estos meses y de estos últimos años”, confiesa Santiago. Tres plazas tiene España para la máxima cita global y una de ellas ya tiene dueño. Por tanto, quedan dos y el objetivo es claro: tratar de bajar de 2:10:30 – 2:11: “Te pondría en una buena rampa de salida hasta esperar a ver lo que hacen los demás, por ahí se va a mover la cosa”.

El murciano de nacimiento y riojano de adopción, muestra su perfil más sincero: “Simplemente el poder plantearte una preparación para unos Juegos Olímpicos ya es un premio. Está al alcance de muy pocos, somos unos privilegiados, que reunimos unas condiciones que al final lo pueden hacer”. Y en ese sentido, se muestra espontáneo y ‘alucinado’ por los acontecimientos: “Salir el domingo con la predisposición de hacer esta marca y estando en condiciones de hacerlo… hablas banalmente y no sabes lo que estás diciendo”.

“Hace nada estaba en una carrera de cualquier pueblo y ahora estoy aquí. Es difícil de asimilar y en ese sentido, me viene bien para hacerme a la idea de lo que puedo conseguir”, afirma. Tras varias reflexiones profundas, toca un ‘topicazo’: “Para un atleta, los Juegos Olímpicos son el máximo de su carrera. Todo el mundo quiere ir y afina al máximo sus opciones”. De perogrullo, pero no deja de ser verdad. Tan cierto como que el listón está altísimo y que Camilo es realista: “Es una opción más y la vida no se va a acabar ahí; hay más campeonatos, hay más cosas y seguiremos luchando”.

El maratoniano es consciente de que todo va a estar en un puño: “Creo que dos o tres españoles nos vamos a mover en un minuto. Quizá se resuelva la papeleta en 15 o 20 segundos después de 42 kilómetros”. Una distancia ínfima tras más de dos horas de esfuerzo: “Te das cuenta que cuando llegas a la élite, ganar cinco o seis segundos cuesta muchísimo y eso marca la diferencia”. Llegar a la cúspide no es gratis y requiere un montón de sacrificios, tanto físicos como mentales.

“Para mí ha sido más importante el físico, yo no era una persona que estaba trabajada desde la base para afrontar y soportar tanto volumen de kilómetros o estrés al cuerpo”, admite. Sin embargo, a nivel psicológico, admite que “no es consciente de en qué me estoy moviendo”, así que no le cuesta. Y claro, ayuda tener unas bases construidas para ello: “Tengo mi vida ‘hecha’, mi familia, mis hijos… esto para mí es una motivación más, pero me lo sigo tomando como un hobby más y por eso no me ha afectado tanto”.

Propenso a dejarse ayudar, confiesa que una de sus mejores lecciones se las dio Chiqui Pérez, uno de sus principales en esta prueba: “Estábamos en el Mundial de Medio Maratón de Ponferrada 2018, hablando de marcas, de quién iba a clasificarse… y me dijo: ‘Quítate las limitaciones de la cabeza y podrás hacer lo que quieras'”. Así lo hizo y logró un auténtico marcón (1:02:40): “En ese momento pensé que había conseguido algo impensable”.

Pero no ponerse limitaciones no implica no planear la carrera: “No puedes salir al azar. Si sabes sin saber qué ritmo vas a llevar, con quién o cómo, estás muerto de salida”. Su idea es salir a un ritmo constante, con una ‘liebre’ que aporta la organización: “Quiero ir en el grupo de cabeza hasta el kilómetro 30 y a partir de ahí, perder el mínimo tiempo posible. Y ya, si consigo arañar tiempo al reloj sería maravilloso”.

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