La Rioja

Viajar “como uno más” para erradicar la etiqueta de la enfermedad mental

La asociación Salud Mental La Rioja se suma este año por primera vez al programa de ocio y tiempo libre que ofrece la confederación nacional de esta organización a personas con problemas de salud mental del movimiento asociativo, y que cuenta con la financiación del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO).

El objetivo de esta iniciativa es brindar a las personas con problemas de salud mental la oportunidad de acceder a actividades de ocio, cultura y naturaleza, bajo condiciones de normalización, y a través de la participación en viajes y estancias de vacaciones.

Junto a un grupo de personas procedentes de Albacete, en esta primera ocasión desde La Rioja han participado trece usuarios de los centros de atención diurna de la asociación, que viajaron a Cantabria para pasar unos días de vacaciones.

Según declaraciones de la directora de la asociación, Mariví Ercilla, “la participación en actividades de ocio y disfrute de vacaciones es beneficiosa para cualquier persona, pero en el caso de las personas con problemas de salud mental se hace imprescindible”.

“Poder disfrutar de unas vacaciones contribuye al aumento de su autoestima, reduce el aislamiento, perfecciona sus habilidades sociales y amplía sus relaciones, lo que repercute positivamente en la calidad de vida de las personas con problemas de salud mental, sus familiares y las personas con las que conviven”, añade.

Doble oportunidad

La asociación Salud Mental La Rioja desarrolla desde 1985 un amplio abanico de actividades de ocio, tiempo libre y deportes, así como otros servicios de respiro, destacando principalmente los campamentos y colonias de verano. “Ha sido una experiencia maravillosa en todos los aspectos”, asegura la presidenta de la entidad, Carmen García, incidiendo en que “es una oportunidad para desconectar y salir de la rutina, pero también para sentirse independientes, dueños de sus propias decisiones y alejados del paternalismo que en ocasiones puede darse en su entorno y que coarta su autonomía”.

Esther, una de las usuarias que ha participado en el viaje, defiende esta tesis: “Ha sido una oportunidad excelente para desconectar, viajar, conocer España y compartir un trocito de mi vida con otras personas que están pasando por lo mismo; pero sobre todo ha representado una oportunidad de luchar contra la etiqueta de la enfermedad mental. Hemos sido un grupo de turistas más, ciudadanos de pleno derecho, que sabemos y podemos vivir integrados”.

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