La Rioja

Fallece Pilar Castro, histórica del socialismo calagurritano

“Francisco Castro fue fusilado en Pamplona en 1937 en plena Guerra Civil. Antes de ser conducido al paredón se dirigió por escrito a su mujer y sus cinco hijos”, así comienza el artículo ‘Las dos últimas cartas de un fusilado’ de Javier Madorrán en el que se cuenta la historia de la familia de Pilar Castro, una histórica del socialismo calagurritano, que moría este jueves con los 94 años recién cumplidos.

La historia de Pilar fue la de muchos otros niños de la guerra. Cuando estalló la contienda Pilar tenía once años, suficientes para intuir la gravedad de lo que ocurrió en su casa aquel 17 de julio. El país barruntaba la guerra y una pareja de la Guardia Civil se presentó en su casa. “Tenemos órdenes de detenerle pero no lo vamos a hacer. Huya”.

El alcalde de Azagra agradeció la visita pero no consideró necesario darse a la fuga. Cambiaría de opinión a la mañana siguiente. En una de sus tentativas de huir a Francia lo detendrían y lo fusilarían más tarde. El general Franco firmó personalmente su pena de muerte. El 1 de febrero lo asesinarían en Pamplona. Para entonces su madre y sus otros cuatro hermanos ya se habían trasladado a Calahorra a vivir en plena calle Arrabal.

“Adiós hijos míos, tened presente que vuestro padre no muere ni por robar, ni por matar, esto es lo último, lo quieren matar por un ideal, y por el cual muero gustoso. No le traicionéis jamas, pero a pesar de eso no guardéis rencor ni venganza a nadie, mi signo estaba marcado así. Quered mucho a vuestra madre y sed buenos con ella, ya que no le queda otro cariño que el vuestro. Yo no os olvidaré hasta que caiga sin vida en el suelo de la Vuelta del Castillo” decía la carta que su padre escribió poco antes de ser fusilado y que Pilar guardaba como oro en paño.

Hoy socialistas calagurritanos decían: “Dedicó al partido su tiempo, su amor y dedicación, participó en los primeros tiempos de la democracia en la exhumación de cadáveres de las cunetas”. Todos la definen como una trabajadora incansable que colaboró activamente en todas las contiendas electorales.

“Hasta los 92 años acudió a todas las asambleas del partido”, recuerdan en Calahorra. “Siempre contaba que el árbol que hay delante del Ayuntamiento de Azagra lo plantó ella con su padre y que, durante muchos años, a escondidas, se acercó hasta la localidad navarra para abrazarlo”.

Hoy todos los socialistas han tenido un recuerdo para ella. Porque allá donde esté Pilar siempre contará la historia de su familia, la de verdad, la que ella vivió.

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