La Rioja

Leonel Morales: “El Festival de Piano volverá con más fuerza en 2020”

Logroño acoge estos días la primera edición del ‘Concurso y Festival Internacional La Rioja Piano’, una cita en la que 52 jóvenes intérpretes de varios países, además de numerosos artistas internacionales, ponen de manifiesto la cultura de este instrumento pero, sobre todo, de la música.

NueveCuatroUno ha podido hablar con el director artístico de esta iniciativa, Leonel Morales, un pianista cubano que llegó a España hace treinta años y que ha sido premiado en los más importantes concursos internacionales. Un artista más que reconocido por su capacidad expresiva y su virtuosismo.

– ¿Cuáles son las metas que se fijó cuando puso en marcha una iniciativa como este concurso?

– Ha habido varias, pero una de ellas y la principal ha sido lo pedagógico. Es un concurso que tiene diferentes categorías. Los chicos que han venido hasta aquí están viviendo una experiencia esencial, tanto a nivel profesional como personal. Las tradicionales ‘masterclass’ con profesionales suponen mucho dinero. Esta experiencia pretende ser lo más cercana posible mientras que se trabaja la motivación por el piano y, por qué no, por otros instrumentos.

– ¿Por qué eligió La Rioja para hacerlo?

– Porque aquí tenéis unas infraestructuras muy buenas y le dais muy poco uso para la calidad y la capacidad que tienen. La sala Gonzalo de Berceo tiene un Steinway, ¿cuántas salas de ese tamaño pueden decir que cuentan con un piano como ese? Además hay un conservatorio con unas instalaciones espectaculares y no hay un concurso internacional de nada con respecto a la música cerca, ni en Bilbao ni en Zaragoza ni en ningún sitio cercano a la región.

– ¿Qué significa un certamen como este para Logroño?

– Desde un punto de vista turístico es una verdadera promoción. Me he dado cuenta de que mucha gente conoce La Rioja por el vino, pero les hablas de Logroño y se encogen de hombros. Tanto los concursantes como sus familias, el jurado y los profesionales que han llegado a la ciudad la han conocido más a fondo y todos, y cuando digo todos son todos, se llevan una imagen maravillosa de la capital y un claro mensaje: esta ciudad tiene hambre de música y de proyectos así.

– ¿Podemos decir que hay una buena cantera de pianistas en España?

– Sí, el nivel de ahora no es el que yo conocí cuando llegué y esto se debe a que muchos profesores de Europa del este vinieron aquí y son ellos los que empezaron a formar a una generación que, hoy por hoy comienza a dar sus frutos. Hace veinte años era impensable que en un certamen como este algún español pudiera ganar un galardón y, actualmente, hay varios españoles metidos en los premios, lo que significa que la cantera está subiendo con mucha potencia. El festival volverá con más fuerza el año que viene.

– ¿Por qué empezó a tocar el piano?

– Yo he nacido en una familia de músicos y cuando tocaba el piano tocaba cuatro instrumentos más: la guitarra, el clarinete, el acordeón y la marimba. Después, con los años, decidí que iba a ser el piano el instrumento con el que iba a desarrollar mi interpretación. Fui desde pequeño un amante de la música, no de un instrumento en sí.

– ¿Qué tiene de especial el piano?

– El piano es mi vida, yo sin el piano no soy nada. Desde siempre ha sido el centro de mi ambición profesional, mis sueños, mis frustraciones… lo es todo.

-¿Cuáles son las características que debe tener un buen pianista?

– Primero tiene que dominar la técnica, porque por mucho talento que tengas, si no tienes la técnica no puedes expresar todo lo que sientes. No es que la técnica sea el objetivo; es un medio, pero un medio imprescindible. Y a partir de ahí, sacar lo que tiene dentro. Además, yo siempre digo que hay cuatro puntos importantísimos en la carrera de piano: disciplina y rigor de estudio, un gran talento, apoyo familiar y un buen maestro. Si uno de estos cuatro puntos no están bien, la cosa no funciona.

– Después de llevar toda una vida dedicada al piano, ¿cómo se puede mejorar?

– El piano no es el objetivo, es la música. El piano es un instrumento, una máquina. Lo importante es el arte, el sentimiento. La única manera de mejorar es intentar profundizar en la interpretación y la idea en la que los compositores pensaron cuando escribieron sus obras. Mientras más se acerca uno como intérprete al ideal del compositor, mayor nivel de mejora.

– Durante su trayectoria, ¿cuáles han sido los obstáculos más duros que le ha tocado sortear?

– Cuando decidí irme de Cuba y llegar aquí, donde nadie me conocía, y empezar de cero. Tuve que encauzar mi vida y darme a conocer, fue un momento trágico, de catarsis. Una situación que conlleva mucho sacrificio y una fortaleza de espíritu fundamental.

– ¿Qué clase de música escucha?

– ¿Yo? De todo, pero principalmente la buena, la de calidad. En todos los géneros hay buena música y mala música. Me encanta el buen jazz, la buena salsa, el buen rock, el buen flamenco y adoro la buena música clásica.

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