Gastronomía

Una cocina que fusiona lo mejor de La Rioja, el País Vasco y Ecuador

En su cocina todo se fusiona. Por empezar, su nombre: Ikaro refleja la unión de ellos, Iñaki y Carolina, corazón y alma del restaurante, creadores de la personalidad que evoca el linaje de sus platos, reflejo de la tierra que les vio nacer y crecer: él, nacido en Laguardia, Álava; ella, natural de Santa Ana de los Ríos de Cuenca, Ecuador; y el lugar donde inauguraron su cocina y abrieron las puertas de su arte al mundo, La Rioja. Allí muestran orgullosos la estrella Michelín que les otorgaron el pasado 21 de noviembre, después de tan solo un año y medio abiertos.

Ambos han estado presentes en la sexta edición de la Feria Gastronómica Internacional Raíces, celebrada en Guayaquil, Ecuador, tierra patria de Carolina. Se trata de un congreso que se creó originalmente para mostrar la amplia oferta culinaria de las huecas (joyas gastronómicas de la zona con recetas típicas tradicionales que gracias a este seminario obtienen visibilidad nacional), y que además recibe a grandes cocineros del panorama internacional brindando espacios para potenciar la comida nacional, aprender de las tendencias que vienen, vivir una experiencia cercana con chefs de gran reputación e impulsar el talento de jóvenes promesas del país.

Allí les recibieron por todo lo alto. No en vano, Carolina es la primera cocinera ecuatoriana en conseguir la estrella Michelin. Es toda una eminencia en su país, una embajadora internacional de su cultura culinaria que, junto a Iñaki, en el restaurante Ikaro de Logroño, llevan la gastronomía ecuatoriana, vasca y riojana a nivel mundial.

Ambos realizaron una ponencia titulada ‘Compartir la cocina personal de Caro e Iñaki’ en la que hablaron de sus valores, la filosofía de su cocina y su firme convicción en que la excelencia se consigue con mucho trabajo, sacrificio, devoción y pasión por lo que uno hace.

Delante de todos los asistentes al congreso cocinaron cuatro platos, para posteriormente impartir un taller de dos horas ante 20 personas en el que contaron de una manera más personal y cercana su experiencia, su carta y su forma de entender la gastronomía.

También dieron talleres en el congreso el profesor de Panadería en el Basque Culinary Center Eduardo Jiménez y Alberto Ferruz, del restaurante BonAmb en Valencia, con dos Estrellas Michelin.

Según Iñaki, “Ecuador tiene un potencial gastronómico enorme que aún no se ha descubierto. La llaman ‘la gran tapada de Latinoamérica’ por ser muy rica en productos, pero con poca fama a nivel internacional”.

El congreso Raíces tiene ese fin: dar visibilidad a la gastronomía ecuatoriana. Por ello, desde el restaurante Ikaro, tanto Carolina como Iñaki ponen ese granito de arena en la difusión de su cultura culinaria.

A principios de este año ambos recibieron una condecoración de la embajada de Ecuador en España en honor a su primera estrella Michelin por su cocina de fusión ecuatoriana-española, símbolo de integración y enriquecimiento cultural, que sale de su ser y unión de manera natural: “Nuestra cocina es personal, cocinamos lo que somos, quienes somos, lo que hemos vivido desde pequeños”.

Cocina vasca, riojana y ecuatoriana con estrella

Desde el principio, Iñaki y Carolina apostaron por realizar una cocina creativa y diferente, teniendo la calidad y la excelencia como estandarte y máximo requisito. Se conocieron en el Basque Culinary Center (BCC) y ambos se consideran muy autoexigentes y cuentan con unas bases muy sólidas gracias a su formación y experiencia en otros restaurantes con estrella.

Cuando les otorgaron la estrella Michelín notaron cambios, obviamente. Si antes tenían una cola de espera de tres semanas, ahora la agenda les provocaba tener que dar turnos a tres meses vista. Y además, el reconocimiento a su cocina de fusión les otorgó visibilidad internacional. Mientras antes la mayor parte de su público era sobre todo riojano y vasco, ahora reciben comensales de todas partes del mundo, con mención especial a la gente de Ecuador.

Crean una carta distinta cada tres meses, coincidiendo con el cambio de estación. Lo curioso y admirable es que no varían ligeramente sus menús o platos, si no que hacen una metamorfosis radical, siempre buscando mejorar, sorprender y mantener una calidad superior, aumentando así la riqueza de su oferta culinaria.

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