Los planes de 941

Goya se suma al Milenario de Santo Domingo de la Calzada

El convento de San Francisco de Santo Domingo de la Calzada acoge hasta el próximo 13 de octubre la exposición ‘Los desastres de la guerra’, de Francisco de Goya.

Es la primera edición de la serie completa, compuesta por 80 grabados que Goya realizó durante los años 1810-1814, y que constituyen una crónica gráfica de la Guerra de la Independencia de 1808. El horario de visita es de lunes a domingo, de 10 a 14 y de 16 a 20 horas, con entrada libre.

La exposición de Goya forma parte del convenio por el que Fundación Ibercaja apoya el proyecto del Cabildo de la Catedral de Santo Domingo de la Calzada para celebrar el Milenario del nacimiento de Santo Domingo de la Calzada y el Año Jubilar.

Además de esta exposición de Goya, Fundación Ibercaja también pone a disposición del cabildo el Centro Ibercaja de Santo Domingo de la Calzada para que pueda desarrollar las actividades ligadas al Milenario de Santo Domingo.

Las actividades de la celebración comenzaron el día 25 de abril con la apertura de la Puerta del Perdón de la catedral de Santo Domingo, se prolongarán hasta el 12 de enero de 2020 y contarán, entre otras actividades, con exposiciones, congresos, conferencias, conciertos, teatro y visitas guiadas y teatralizadas.

Los desastres de la guerra

Francisco de Goya realiza las planchas de ‘Los desastres de la guerra’ entre los años 1810 y 1814, sin duda impresionado por la convulsión en la que se vio envuelta España y por las escenas terribles que seguramente presenció o le refirieron. Si bien se conocen unas pruebas que hizo el propio Goya hacia 1814 o 1815, el pintor no pudo ver editada esta serie en vida ya que por su inconveniencia política e implicando una consciente denuncia de los horrores vividos, los grabados no fueron sacados a la luz hasta 1863. La muestra que hoy se inaugura presenta aquella primera impresión de 1863, que fue realizada por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.

Cuando Goya realizó la serie de grabados conocida como ‘Los desastres de la guerra’, entre 1810 y 1814, era ya un experto grabador, pues una década antes había hecho la importantísima y amplia serie de ‘Los caprichos’, publicada en 1799. En ‘Los desastres de la guerra’ también utilizó como técnica general, presente en todos ellos, la del aguafuerte, que combinó, según los efectos que quería conseguir, con otras técnicas de grabado calcográfico (sobre plancha de cobre), como el buril, la punta seca, el bruñidor, el aguatinta y, especialmente en esta serie, la aguada.

Combinando el aguafuerte con el buril, la punta seca y el bruñidor, tradicionales dentro del grabado calcográfico, Goya consiguió efectos de mayor intensidad de los negros y fuertes claroscuros, que daban mayor dramatismo y violencia expresiva a las figuras y a las escenas. La combinación de aguafuerte y aguada, asociadas a la punta seca, el buril, con toques de bruñidor, y en algunos casos con el aguatinta, será la más habitual. Con esa asociación consiguió el pintor aragonés escenas con efectos más pictóricos, con abundantes matizaciones plásticas y tonales. Así pues, según las sensaciones que quisiera transmitir en sus escenas, Goya elegía unas técnicas de grabado u otras.

Nunca hasta entonces la guerra y sus consecuencias habían sido retratadas con tanta crudeza. Goya se convirtió, de esta forma, en cronista y reportero gráfico del desastre. Hoy sabemos que la intención del pintor no era solamente denunciar una guerra concreta, la de la Independencia. Su denuncia trascendía el hecho histórico del que había sido testigo excepcional e invitaba a una reflexión general sobre la violencia sin medida y sentido, fuera del tiempo y de la circunstancia

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