La Rioja

Joaquín, un héroe que no se da importancia: “Hice mi deber”

La vida es una auténtica lotería y, en ocasiones, héroes inesperados hacen posible lo imposible. Que se lo digan a Joaquín, de 35 años y sargento primero de Infantería. Natural de Asturias, ha servido durante los últimos seis años en la base de Recajo. Unos días antes de su marcha, marcó para siempre la vida de Ismael, un niño de 14 años. El chaval se bañaba en su urbanización cuando sufrió una parada cardíaca y estuvo cuatro minutos sumergido en el agua. En el último momento, apareció este militar para salvar su vida y dejar un recuerdo imborrable entre su familia y vecinos.

COPE Rioja ha entrevistado al protagonista: “Vi a un chaval muy extrañado que se zambulló inmediatamente en la piscina. Vimos que flotaba algo, pero no imaginábamos que era una persona”. En cuanto se percataron de que así era, él y varios vecinos fueron inmediatamente a prestar socorro. Ismael estaba prácticamente muerto cuando le tumbaron en el suelo: “El chaval estaba tieso y empecé a mirar si tenía pulso. No tenía pulso ni respiraba, pero me acordé de las maniobras de reanimación que me enseñaron en el ejército”. Formación que resultó decisiva.

Lo más importante es que el niño está fuera de peligro y no tiene secuelas. “Le insuflé oxígeno con la maniobra RCP (Reanimación Cardiopulmonar) y su corazón bombeó”, relata. “Fue un momento de caos, de qué hacer, de cómo actuar, se me va a morir el crío aquí… una sensación de impotencia total”, explica. En ese momento, había que hacer masaje en el tórax y la mencionada RCP. Sin embargo, ninguno de los presentes sabía, así que a Joaquín le tocó hacer todo a la vez, hasta que llegó la ambulancia.

Dos días después, los padres de Ismael y el propio afectado le dieron las gracias de todo corazón. “Esa primera noche estuve muy preocupado, porque me habían dicho que iba a quedar con secuelas. El tema de mi mudanza me ayudó a desconectar bastante”, reconoce. No es la primera vez que se afronta a este tipo de situaciones, que ya vivió durante sus misiones internacionales. “Solamente hice mi deber”, concluye.

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