Aparcar ‘de oídas’ tiene sus consecuencias. Cuando lo haces con un utilitario, la cosa no pasa de arañar el parachoques o mover ligeramente al coche que tienes detrás. Pero cuando estás al volante de un camión de gran tonelaje los efectos son bastante más visibles.
Prado Viejo es una de las zonas de Logroño donde el aire campa a sus anchas, pero no es esa la causa de que las farolas se inclinen. Un lector asegura a El Sereno que los camiones son los responsables de que el alumbrado público le haga reverencias a los peatones que transitan por la zona.
“Está denunciado en varias ocasiones al Ayuntamiento que el hecho de aparcar camiones en este lado de la acera limita la visibilidad en la entrada, salida y señalización viaria de las instalaciones de Prado Viejo”, indica. El lector indignado subraya que “a diario entran y salen cientos de vehículos que deben sacar más de medio coche para poder tener visibilidad. Se solicitó al Ayuntamiento hace tres meses prohibir el estacionamiento en ese tramo, como en la de Alcampo, pero solo hemos recibido la callada por respuesta”.
En cambio, no siempre las respuestas llegan con palabras, ya que el Consistorio ha pasado directamente a la acción. Las farolas han dejado de estar torcidas: “Solución tras la denuncia, quitar la farola y poner baldosas”. Fin del problema.
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