El Rioja

“El mildiu va a acabar afectando a todos los cultivos de Rioja”

Las condiciones climáticas y la imposibilidad de acceder con máquinas de tratamiento ponen en peligro a los viñedos

La Rioja recibió el mes de junio con tormentas ‘de época’. Por momentos parecía que el cielo se desplomaba sobre la región y los problemas en carreteras cortadas por avenidas de agua, desprendimientos de piedras y caídas de árboles no se hicieron esperar.

Para cualquiera de nosotros representa toda una molestia verse inmerso en un episodio como este, pero al agricultor le va en ello su futuro más inmediato. Y en este arranque de semana se han presentado ante el seguro más de una decena de partes relacionados con los siniestros registrados en los cultivos durante las jornadas del 1 y 2 de junio.

El viernes fue, de largo, el día más complicado en el campo, a consecuencia del granizo, que afectó a los cultivos de cereal (Fonzaleche, Manzanares, Santo Domingo y Cirueña), cereza (Manzanares y Entrena), guisantes (Santo Domingo y Cirueña), pera (Alberite) y viñedo (Cuzcurrita y Alberite, Ribafrecha, Clavijo y Bergasa, donde la piedra dañó a la uva).

Los efectos de las precipitaciones, en cambio, están por llegar. Su amenaza es mucho más pequeña que la de una piedra de hielo, pero sus daños bastante mayores. Porque “en mayor o menor medida, se van a reproducir casos de mildiu en todas las zonas de la DOCa Rioja”, tal y como augura Abel González, técnico de ARAG-ASAJA.

“Con tanta precipitación acumulada, el estado fenológico del cultivo y las temperaturas de estos días no estamos ante una situación crítica, pero hay que poner todo el foco en que los agricultores se conciencien de aplicar los tratamientos oportunos, teniendo en cuenta las carencias de aplicación de tratamientos para mitigar las posibles afecciones”, añade.

Las claves

La amenaza se sustenta en dos factores: el biológico y el técnico. “Los viticultores aplicaron una base de sulfato sistémico hace quince días y los viñedos se encuentran actualmente desprotegidos”, apunta Adrián Martínez (UAGR), recordando que el exceso de precipitaciones al que ha asistido La Rioja estos últimos días “es un caldo de cultivo propicio para el desarrollo de las enfermedades fúngicas”.

El problema biológico tiene una fácil solución: volver a aplicar sulfato. El problema es que la lluvia ha dejado buena parte del terreno impracticable y las máquinas de tratamiento no pueden acceder al viñedo. Ante este panorama, Martínez se resigna a esperar “que salgan días soleados y ventosos para que los equipos de tratamiento puedan meterse en el terreno y evitar que los hongos se desarrollen” y den lugar  a una reducción importante en los rendimientos de cosecha.

Abel González tira de refranero para analizar la situación que han vivido los agricultores riojanos en estos últimos doce meses: “A grandes sequías, grandes remojadas”. “Empezábamos la campaña pidiendo agua a gritos por los problemas de la sequía en el cereal y ahora tenemos un exceso de precipitaciones”, señala, avanzando que “las predicciones vislumbran diez o quince días de lluvia casi continua”.

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