Tras la tempestad (en forma de penaltis), llega la calma. El Calahorra ha partido en autobús desde Buñol de camino hacia una fiesta de color rojillo que les espera en casa. Se lo merecen. Algo más tranquilos, tras la euforia inicial sobre el césped de la Ciudad Deportiva del Levante, los jugadores, el cuerpo técnico y la directiva recuerdan todo lo vivido durante toda la temporada. Ha sido duro, pero ha merecido la pena.
El presidente del conjunto calagurritano, Tomás Lorente, reconoce que descansan “porque va a ser una tarde muy larga”, teniendo prevista su llegada alrededor de las 21,15 horas. Antes de lanzar el confeti, una pequeña reflexión sobre la eliminatoria ante el filial levantinista en la que se ha conseguido el ansiado ascenso a Segunda B: “El último partido lo he visto como creía que iba a ser. Habíamos perdido, pero sabía que el equipo iba a responder porque ya habíamos hecho un buen partido en casa y podíamos ganar. Así lo hemos vivido y así ha sucedido”.
¿Y qué van a hacer ahora? “No hemos querido organizar nada por si ascendíamos porque otros años lo hemos hecho y no nos ha salido bien, así que ahora haremos todo sobre la marcha”, confiesa, aunque sí apunta que el guión está más o menos afinado: cambio de vehículo, celebración en el Ayuntamiento y cena. “Va a ser como un día grande de fiestas de Calahorra, como en el chupinazo”.
¿Sensaciones vividas? “He sentido, sobre todo, mucha alegría por nuestros aficionados y el equipo: los jugadores, el cuerpo técnico… todos. Llevamos cuatro años intentándolo y siempre nos han faltado los pequeños detalles para ascender, pero esta vez los pequeños detalles han estado de nuestra parte. Hemos metido hasta los cinco penaltis, que no es nada fácil”.
¿Mensaje a la afición? Uno simple, cortito y al pie, como un pase de Adrien Goñi. “Quiero felicitarles y agradecerles el haber estado estos cuatro años ahí empujando. El sacrificio al final da sus frutos y hemos sabido conseguir el ascenso”, apunta Tomás Lorente, quien destaca que ahora es el momento para disfrutar. Y disfrutar. Hasta que el cuerpo aguante. “Ha costado mucho porque hacía veinte años que no ascendíamos”.
“Ahora toca disfrutar y tener la cabeza fría para preparar la temporada que viene en Segunda B. Conociéndonos, seguro que el lunes ya estaremos en marcha con todo”, relata el dirigente rojillo, quien sabe que su objetivo para la próxima campaña es la permanencia en la categoría de bronce. Pero hasta entonces, toca disfrutar.
