Los once miembros de Indar Gorri (grupo ultra de Osasuna) acusados de formar parte de una banda criminal han reconocido este lunes los hechos y han llegado a un acuerdo con la Fiscalía de un año de cárcel por pertenencia a grupo criminal, de manera que evitan así su entrada en prisión y la celebración de un juicio.
Las escuchas que la Policía Nacional y la Guardia Civil realizaron a dieciocho miembros de Indar Gorri (la causa arrancó con veintiún personas acusadas), detenidos en 2016 dentro de la operación ‘Basatiak’ (salvajes en euskera), revelaron que varios de ellos podrían haber participado en un altercado de una cafetería logroñesa, según se desprende de las conversaciones telefónicas.
El Juzgado de lo Penal 4 de Pamplona ha impuesto condenas de un año de prisión para cada uno de ellos por pertenencia a grupo criminal y multas de entre 900 y 1.900 euros por el delito de conspiracion para cometer delitos de lesiones.
La sentencia será remitida a Juzgados de Instruccion de Elche, Sevilla, Donostia, Vitoria, Oviedo, Santander, Logroño y Barcelona por si las actuaciones acreditadas en los hechos probados de la sentencia pueden ser indicios de delito en el caso de otros grupos ultras de futbol radicados en dichas ciudades, según ha informado el diario Noticias de Navarra.
El ataque
Pese a que las escuchas no revelaban ningún ataque concreto, el último altercado conocido en la capital riojana que podría tener a hinchas navarros involucrados tuvo lugar en 2010, en la cafetería Los Ángeles, frente al estadio municipal Las Gaunas. Los hechos se produjeron un sábado a las 20,30 horas, tras disputar la UD Logroñés un partido en Tajonar en el que perdió por 1-0 y que tuvo presencia de ultras riojanos.
Los atacantes, según manifestaron entonces fuentes policiales, fueron algo más de veinte personas que acudieron al local con las caras tapadas y que lanzaron piedras contra las lunas del mismo, donde se encontraban en ese momento otro par de decenas de hinchas blanquirrojos. Estos aseguraron haber sido seguidos desde Pamplona hasta Logroño.
Los hechos obligaron a la Policía a personarse en el lugar, pero los agresores ya habían abandonado las inmediaciones del establecimiento cuando llegaron las fuerzas del orden público. Debido al impacto de las piedras y los objetos lanzados por los atacantes, dos lunas de la cafetería acabaron destrozadas.
