A falta de algo mejor, el pleno que del mes de marzo del Ayuntamiento de Logroño será recordado como aquel en el que el portavoz del grupo mixto, Rubén Antoñanzas, fue invitado a abandonar la sala.
El también presidente del Partido Riojano se indignó después de que la concejal de Igualdad y Servicios Sociales, Paloma Corres, aludiera con nombre y apellidos a una de sus colaboradoras, a la que acusó de preparar una moción “algo floja” en sus planteamientos.
Antoñanzas cuestiona este gesto de Corres, pero la edil Pilar Montes (que ejercía en ese momento la presidencia de la sesión) le llamó repetidamente al orden e incluso la alcaldesa, Cuca Gamarra, llegó a intervenir en la discusión. El portavoz del grupo mixto no pudo seguir con sus quejas en ese turno de palabra, pero esperó al siguiente (unos tres minutos más tarde) para insistir en el asunto.
Ahora era Ángel Sainz Yangüela el presidente del pleno, pero la dinámica no varió. Antoñanzas fue advertido retiradamente de que debía aparcar el asunto y, tal que no hizo caso a las ‘sugerencias’, acabó siendo expulsado de la sesión.
