La Rioja

Política ficción

Desde que en Extremadura Izquierda Unida le diera la Presidencia de la Comunidad al Partido Popular, la política ficción es un género venido a menos, porque la ficción trata de convertir en real lo inverosímil y no al contrario. Sirva como advertencia esta introducción. Cualquier cosa que pensemos imposible es susceptible de convertirse en realidad. Recuerden que esto es política. Y ficción.

El escenario de partida se lo conocen bien: el PP ha obtenido quince diputados, con Pedro Sanz y Concha Arruga al frente y con Emilio del Río, sustituto habitual, fuera del Parlamento; el PSOE ha conseguido diez diputados liderados por Concha Andreu; y Podemos y Ciudadanos, por ese orden, cuatro cada uno con Germán Cantabrana y Diego Ubis a la cabeza.

Hipótesis uno. Premisa: no hay pactos de legislatura. Nadie quiere apoyar a nadie, no vaya a ser que en las Generales se nos vuelva en contra el invento. En ese escenario Pedro Sanz afrontaría la investidura con miedo a marcarse un Susana Díaz y tener que pasar por el doloroso trance de ser rechazado una y otra vez, riesgo incluido de tener que convocar nuevas elecciones. El PP necesita al menos la abstención de cualquiera de los tres grupos, PSOE, Podemos o Ciudadanos, para asegurar la presidencia de Sanz.

Como PSOE y Podemos no parecen compañeros de baile previsibles para el PP (recuerden el primer párrafo ahora) las miradas se dirigen de inmediato al ciudadano Diego Ubis, que pondrá sus condiciones, como es natural. Supongamos que se le ocurre pedir la Presidencia del Parlamento. No es Gobierno, no faltaría a su palabra, y conseguiría un buen lugar, visible y con visibilidad, para vigilar un Gobierno en minoría. La ecuación se resuelve y Pedro Sanz es Presidente en minoría estable.

Pero el ciudadano Ubis, aquí arranca la hipótesis uno bis, está decidido a ir más allá. Sin querer entrar en el Gobierno y desde esa posición de Presidente del Parlamento, prefiere proponer como candidato a un popular que no sea Sanz, invocando la “regeneración democrática” reclamada por su líder, Albert Rivera. Así que, amablemente, Ubis pide a Sanz que no recoja su acta de diputado, o que la entregue en el caso de que ya haya empezado el baile. Concha Arruga, número dos de la lista popular, y aunque de la confianza del presidente popular poco relacionada con deudas históricas, podría ser la elegida. Ciudadanos se apunta el primer tanto: apartar a Pedro Sanz de la escena política. Arruga sería Presidenta en minoría estable. Rizando el rizo, hagan salir del Parlamento también a Arruga: el decimoséptimo es Emilio del Río.

Hipótesis dos. Premisa: la opción del tripartito no chirría. PSOE, Podemos y Ciudadanos se entienden para terminar con 20 años de gobierno popular. Otra vez la regeneración como bandera. El PSOE se hace con la presidencia del Parlamento y podemitas y ciudadanos se colocan en vicepresidencia y secretaría. Andreu se convierte en Presidenta del Gobierno, (una enóloga Presidenta de La Rioja, toma ya) y a la hora de nombrar Consejeros y Consejeras encuentra en notables independientes pero cercanos al tripartito, José María de Miguel style, el remedio al peligro de la inexperiencia y el argumento contra quienes ven anti-natura que Ciudadanos y Podemos compartan proyecto político.

En las últimas elecciones autonómicas (y en las anteriores, y en las anteriores, y en las anteriores) la política ficción era… ficción. Por eso esta licencia.

Subir