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Larrazabal: “Vamos a intentar ganar, no me apetece pegarme cinco horas de viaje para pasear”

Foto: SD Ponferradina

A las puertas del descenso a Segunda Federación, la SD Logroñés visita al Nàstic de Tarragona (sábado 18:00, Nou Stadi). Si pierde o empata, su descenso será matemático. Si gana, también lo será si ocurre uno de los tres supuestos: que el Teruel gane, que el Sabadell puntúe o que el Sestao sume. Con 29 puntos, los blanquirrojos se encuentran a nueve puntos de la permanencia cuando faltan los mismos por jugarse. En caso de que el Sabadell puntúe en el campo del Tarazona (sábado 16:00), es posible que los riojanos salten al campo incluso ya descendidos. Lo único que evita su descenso hasta ahora es el golaveraje, ganado tanto a los arlequinados como a los sestaotarras.

En tal panorama, su técnico Aitor Larrazabal intenta no mirar a la clasificación: “Venimos varias semanas sin intentar hablar de esa circunstancia (el descenso), más que el puro hecho de conseguir la victoria, que es lo que nos puede impulsar de alguna manera. Nosotros somos o intentamos ser ajenos a lo que ocurra en otros campos y centrarnos en lo nuestro”, ha explicado el vizcaíno. Sin embargo, lo que no se cuestiona es la profesionalidad: “Pegarnos cinco horas de viaje para pasear no me apetece a mí y espero que a los chicos tampoco”. Viajará, eso sí, sin Jaime Paredes, tal y como ha confirmado: “Sufrió un percance en el tobillo y no podrá estar”.

Larrazabal solo ha cosechado 10 puntos de 54 como técnico blanquirrojo, el peor en números de esta temporada. Desde su único triunfo frente al Arenteiro, lleva ya diez encuentros sin ganar. El último, ante el Fuenlabrada en casa (0-0), que cerró la tumba del descenso. Ahora solo falta ponerle los cuatro clavos a esta temporada.

“Nos da mucha pena que en los últimos cuatro partidos en Las Gaunas, pudiendo haber cosechado algo más, no hayamos podido pasar del empate. Eso no te da muestras en la clasificación de que tienes opciones reales de seguir en esa categoría. Escuece, duele, pero es lo que estamos consiguiendo y no más. Vamos a intentarlo hasta el último partido porque es nuestra obligación como profesionales”, ha remarcado.

Una situación así es producto de una acumulación de problemas mal resueltos, como la falta de gol o la mentalidad. Sobre esto último, el vasco ha sido claro: “Es duro el hecho de lograr, sobre todo en los partidos de casa, unas actuaciones bastante correctas y no conseguir la victoria. Mina la confianza del jugador. Ahora, enfrentamos un partido duro contra un equipo que está peleando arriba contra otros objetivos. Son salidas complicadas y en nuestro debe está el ganar un partido fuera de casa (no ha ganado uno como técnico blanquirrojo). Hemos preparado el partido bien y queda intentar convencer a los chicos de que es posible el conseguir los puntos”.

Un Nàstic que espera asegurar el playoff

Los tarraconenses son terceros con 61 puntos y esperan cerrar ya su clasificación matemática al playoff. Lo harán si ganan y la Cultural Leonesa, que suma 56, no lo hace. Salvo un descalabro mayúsculo, los grana se encuentran en una pelea junto al cuarto Celta Fortuna (61) y el quinto Ponferradina (60). Para evitar sustos y lograr la mejor posición posible, los hombres de Dani Vidal irán a por la victoria en su campo, donde solo han cedido dos derrotas en toda la temporada. Es un escenario difícil.

Por su parte, Larrazabal también ha analizado a los tarraconenses: “Es un equipo muy competitivo, podemos compararlo al Celta de Vigo. El Nàstic no es tan ofensivo (que el Celta Fortuna), pero es muy competitivo. Desde su defensa, pasando por el mediocentro que está Borja García, con Jardí, Álex Mula o Godoy en bandas, que incluso han jugado en Segunda. O Pablo Fernández, el punta contrastadísimo. Tenemos que hacer muchas cosas bien en muchos registros para sacar una victoria y sabemos que eso es complicado”.

Papel complicado para un técnico que, en tres partidos, pondrá fin a su estancia en Las Gaunas. Nada le ha salido como quería desde su llegada, en cinco meses nefastos a nivel deportivo donde el equipo se ha encaminado a la Segunda Federación. Pese a que afirmó que el gerente, Javier González, le transmitió deseos de que continuara, fue él mismo quien decidió marcharse. Cuestionado e incluso menospreciado por parte de la grada y la afición, al ex futbolista del Athletic le quedan tres jornadas para finalizar una etapa nada exitosa en su paso por banquillos. Y lo mínimo que les pide a sus futbolistas es competir.

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