Agricultura

La campaña de miel de primavera, “prácticamente perdida”

La campaña de miel de primavera, “prácticamente perdida”

Foto: Leire Díez

El 2024 comenzó con muy buenas perspectivas en el campo de la apicultura. En otoño las lluvias fueron protagonistas y eso hizo que las colmenas se adelantaran más de la cuenta, pero luego, como ya es sabido, el tiempo no acompañó como se esperaba. Junto a otros cultivos y explotaciones ganaderas, las abejas también han salido mal paradas de estos cambios meteorológicos.

“La colmenas estaban muy buenas hasta el invierno, pero llegó la primavera y dejó de llover. En La Rioja Baja no ha caído nada apenas entre marzo y abril y esas colmenas en las que había tantas esperanzas por lo bien que venían se han venido abajo. Por no hablar del frío de los últimos días y que aún han perjudicado más porque ahora las colmenas están totalmente paradas”. Así de tajante se muestra Ismael del Rincón, apicultor trashumante en la mitad oriental de la región.

Se atreve a asegurar que “La Rioja Baja ya está muerta con la miel de primavera, donde la campaña está prácticamente perdida”. Y es que la floración de tomillo y romero, las más habituales ya se han pasado, así que solo quedaría confiar en la miel de bosque, más tardía y cuya temporada comienza para San Juan, aproximadamente.

“Sí que hemos podido salvar un poco de miel de romero porque venía muy temprana y nos ha dado tiempo a sacarla, pero en cambio el tomillo se ha quemado en tres días. Es que el campo se ha agostado en abril”, lamenta este apicultor.

“Ha habido años complicados, por que el año pasado también fue muy malo. Pero una primavera tan adelantada como la de este año nunca la había visto. ¡Y haciendo enjambres tan pronto! Porque empezamos a hacerlos a mitad de febrero y eso es una locura, pero con esa floración tan temprana las colmenas estaban muy buenas”, recuerda.

Junto al cambio climático, la barroa es otro de los grandes problemas de la apicultura a día de hoy. “Esta enfermedad nos transmite un monto de virosis, pero todos los principios activos que hay están quemados y ya no funcionan. Si no hay algún laboratorio que saque algún principio activo nuevo que empiece a funcionar de nuevo, la apicultura está muerta porque una colmena muy parasitada de barroa no produce. Así que si no conseguimos eliminarla, es muy complicado continuar”, remarca.

Por otro lado, los costes tampoco son lo que eran antes. Del Rincón asegura que “se han triplicado en todo, tanto en alimentación como en tratamientos, porque antes se trataba una vez al año, en enero o febrero, y se estaba cubierto hasta el otoño, pero ahora hay que hacer tres y aún así no limpias lo suficiente”.

Reconoce que la apicultura a nivel nacional “está ahora en unos momentos complicados” motivados también por la gran competencia que existe con otros países, especialmente la “importaciones masivas de miel de China”. De hecho, asegura que “en la agricultura profesional hay más retiradas que nuevas incorporaciones porque la desilusión es generalizada”.

Este apicultor emprende ahora su tradicional viaje de trashumancia hacia el Valle del Cidacos, pero al otro lado, en la provincia de Soria. Una práctica habitual en el sector y que él lleva a cabo “desde siempre”. Este año, sin embargo, ha decidido no bajar a Aragón, a donde también solía llegar con sus colmenas.

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