A falta de tres jornadas para el final de la temporada, el Rioverde Clavijo ha consumado este domingo su descenso a LEB Plata, solo un año después de regresar a la segunda categoría del baloncesto español. Al perder en el Palacio de los Deportes contra el Amics Castelló (93-96), las cuentas ya no le salen al equipo riojano, que tienen imposible alcanzar el decimoquinto puesto que le permitiría seguir en LEB Oro el próximo curso.
Con solo cinco victorias en 31 jornadas, los hombres entrenados por Jenaro Díaz ponen fin de forma anticipada a una campaña donde no les han salido las cosas. Volvieron a la competición por vía administrativa y se van de ella habiendo conseguido solo un triunfo fuera del Palacio. Otras cuatro victorias han llegado en Logroño, la última de ellas, ante el Alega Cantabria (99-84), que aplazó unos días esta pérdida de categoría.
La temporada encuadró a los riojanos junto a conjuntos como Gipuzkoa, el Real Betis o el Movistar Estudiantes. Escuadras con pedigrí en la Liga ACB, como aviso de que el año sería complicado. En las cuatro primeras jornadas, los logroñeses cosecharon dos victorias en casa, frente al Betis (62-56) y al Hestia Menorca (64-55). Este último encuentro fue precedido de una polémica, debido a que los baleares perdieron un vuelo y tuvieron que viajar a Logroño con el técnico y once jugadores, acusando al Clavijo de no querer cambiar la hora del partido. Una versión desmentida por los riojanos. El culebrón finalizó con triunfo en casa y después, llegaron once derrotas seguidas.
FOTO: CB Clavijo.
Con tal bache llegó el equipo a final de 2023. Aunque 2024 se inició con victoria en Cantabria, fue una alegría aislada. El déficit de triunfos hizo que hasta el técnico, caracterizado por su actitud zen, perdiera los papeles. Ocurrió durante la recta final del encuentro ante Alimerca Oviedo, finalizado con derrota (78-81). En medio de una situación muy tensa, Díaz dedicó una ‘peineta’ hacia un sector de la afición, circunstancia por la que pidió perdón en la rueda de prensa posterior y en un comunicado: “Es intolerable”. Como reacción, el el club le suspendió internamente durante tres partidos, durante los que su ayudante Jose Luis Pichel se hizo cargo del equipo.
Ese incidente alteró algo la hasta entonces casi perfecta simbiosis entre el Clavijo y su afición. Sin embargo, pese al mal momento deportivo, 600 incondicionales acudieron al Palacio para ver ganar a los suyos ante el Alega Cantabria (99-84). Fue la última alegría antes de consumarse la vuelta a LEB Plata.
