Agricultura

La Rioja, en “muy buena situación hídrica” para afrontar el verano

La Rioja se encuentra en “muy buena situación hídrica” para afrontar el verano

Estampa del embalse de Mansilla el pasado 31 de marzo.

Tras un mes de febrero “muy húmedo” en La Rioja, tal como lo califica la Agencia Estatal de Meteorología, y las últimas lluvias de comienzos de primavera que han llenado todavía más los embalses, las expectativas de cara a cómo se afrontará el verano son más que optimistas. “Ahora mismo hay un margen de mejora para salvar el verano en cuanto a los riegos. Es cierto que no ha llovido de manera excesiva respecto a lo que es habitual. Es más, los embalses están en una situación normal para estas fechas, pero sorprenden sus niveles después de los registros alcanzados el año pasado”, asegura el director general de Calidad Ambiental, Cambio Climático y Agua, José María Infante.

Cabe recordar cómo hace prácticamente un año estaban sobre la mesa de ciertas comunidades de regantes de La Rioja algunas restricciones para el uso del agua en los cultivos. Aquel invierno y los comienzos de la primavera no fueron lo suficientemente húmedos y los temores se acrecentaban conforme se aproximaban los meses más cálidos del año. Un 13 de abril de 2023, los embalses riojanos estaban al 62,5 por ciento de su capacidad, mientras que actualmente se encuentran de media al 86,2 por ciento (este mes de marzo ha llovido un 80 por ciento más que el mismo periodo del año anterior).

Tal fue la preocupante situación en 2023 que la cuenca del Iregua, de hecho, permaneció varios meses bajo “emergencia” por sequía, tal como declaró la Confederación Hidrográfica de Ebro. Un nivel que implica intensificar todas las medidas y restricciones hasta restringir el riego de forma exclusiva para determinados cultivos, lo que puso en jaque a muchas hectáreas de frutales que no recibieron el agua necesaria.

El escenario para esta temporada estival, sin duda, va a ser diferente. Eso sí, Infante puntualiza que la situación de las cuencas riojanas, aunque es buena en general, se reparte de forma desigual entre unas y otras.

El mayor problema se encuentra en el embalse de Yalde. “Es el único punto de la región donde la situación es vigilante y de alerta. Hubo muchos problemas en 2023 y todavía arrastra signos de malestar porque tiene que recuperar el déficit de agua que perdió. Ahora mismo se encuentra en torno al 41 por ciento, que es un dato bueno, mientras que a principios de marzo estaba al 30 por ciento”, apunta Infante.

“Ahora estamos pendientes de su evolución al mismo tiempo que se están planificando medidas por si hubiera que llevarlas a cabo. En Yalde no existe un Plan frente a la sequía como los habilitados para el entorno de la capital riojana y el Valle del Iregua, por ejemplo, por lo que nos reuniremos con los diferentes ayuntamientos de la zona para trabajar en ello”.

En el resto de puntos, el escenario es mucho más optimista. “El pequeño pantano de Leiva, nutrido del río Tirón, está lleno al cien por cien, por lo que no va haber problemas para el riego. En la zona del río Oja, que atraviesa Casalarreina, no hay embalses, pero esta cabecera se nutre de acuíferos que se espera se vayan llenando con las futuras lluvias que caigan. El de Mansilla también está muy bien con un 91 por ciento de llenado, mientras que el de Enciso, tras el vaciado de la presa, ya va recuperando sus niveles poco a poco y se acerca al 30 por ciento de su capacidad”, describe el director general.

La cuenca del Iregua, tan en el punto de mira hace un año, ahora se encuentra en una situación “muy buena” gracias al agua acumulada en el González Lacasa, al 95 por ciento de su capacidad (el año pasado estaba al 50 por ciento y el promedio es del 80 por ciento), y en el de Pajares, que roza el 78 por ciento. Según los datos facilitados por la CHE a fecha del 3 de abril, el embalse de Pajares está mejor que un año promedio, cuya capacidad se fija en el 60 por ciento, y mucho mejor que hace un año, cuando registraba un 40 por ciento de llenado.

La Confederación remarca que “la situación de las reservas hídricas en la Rioja es muy buena, salvo la parte del Eje de Ebro que está en recuperación con unos niveles de alerta por escasez y sequía, aunque eso no implicará problemas en el riego”. Mientras, las unidades territoriales del Najerilla y del Iregua están “en muy buena situación”. En este sentido, puntualiza el caso de Mansilla en el que se produjeron maniobras de desembalse antes de Semana Santa.

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