Entrevista

Sueño y salud: “En La Rioja hacemos las cosas mal dentro de un país en el que se hacen mal las cosas”

Dormir poco pasa factura. Tarde o temprano. La Fundación Mapfre ha publicado un estudio que no deja bien parado el descanso y sueño de los jóvenes riojanos, una situación que puede provocar graves problemas de salud y no se cansa de repetirlo Federico Castillo, neurólogo en el Hospital San Pedro de Logroño.

Tal y como explica, descansar poco no es sino la consecuencia del sumatorio de conductas perjudiciales para la salud, que encuentran en las nuevas tecnologías (o mejor dicho, en su uso descontrolado) otro enemigo más.

– Descansar poco y mal no es una broma.

– Existe la sensación general de que el sueño es una pérdida de tiempo pero nada más lejos de la realidad. El sueño y el descanso tiene efectos fundamentales en la salud. Es un estado fisiológico que tiene su funcionamiento y que, entre otras cosas, es limpiar toda la ‘basura’ que el cerebro genera a lo largo del día. Tiene mucho que ver con la calidad de vida. Las personas que duermen poco tienen una mayor tendencia a la obesidad, peor rendimiento académico y profesional, más riesgo de sufrir enfermedades vasculares. El cerebro se limpia cuando dormimos y tenemos que permitirle a nuestro cuerpo hacer ese trabajo.

– ¿Qué es lo que más le preocupa del estudio de la Fundación Mapfre?
– Más allá de que tengamos el mayor porcentaje de jóvenes que duermen menos de siete horas, me preocupa mucho que seamos de los que más tomamos bebidas y drogas estimulantes para no dormir y a la vez otros ‘venenos’ para, después, intentar descansar.

– ¿Qué factores afectan más a que el sueño de los jóvenes riojanos sea tan malo?

– El consumo de alcohol y las pantallas a última hora del día. Son dos factores que no favorecen entrar en un sueño profundo. Cuando dormimos pocas horas, la arquitectura del sueño se rompe porque hay que dormir las suficientes horas para hacerlo bien.

– ¿Y por qué cree que se da esta circunstancia?

– En el estudio le llaman ‘procastinación por venganza’. Viene a explicar que le robamos tiempo al sueño a sabiendas de que nos sienta mal. El problema es que queremos hacer tantas cosas que no nos dan tiempo a lo largo del día y utilizamos esa parte de las horas que nuestro cuerpo utiliza para descansar para hacerlas.

– ¿Hay más factores?

– Yo creo que además hay una presión social. Estamos hablando en el estudio de los jóvenes, pero los niños también sufren esa presión. No es normal que un programa dedicado a ellos como puede ser ‘Master Chef Junior’ empiece a las diez y media de la noche cuando ya deberían estar en la cama, ni que a las nueve de la noche Padroviejo esté  lleno de chavales haciendo extraescolares. No hay conciencia de que es necesario descansar.

– ¿Y por qué no existe esa conciencia?

– Tengo la sensación de que es porque el descanso es una función vital que no es fundamental a corto plazo. No puedes estar más de tres días sin comer, ni puedes estar muchas horas sin beber, pero puedes estar sin dormir, los mismos médicos lo estamos cuando tenemos guardias. Creo que falta un respeto, en general, por el descanso. Puedes estar varios días sin dormir y no pasa nada pero es un problema a medio y largo plazo porque no se está respetando la fisiología natural de la persona.

– Los horarios laborales y las horas de luz en España también influyen.

– Evidentemente. De hecho, si hubiese que optar por un cambio de horario el más saludable sería el de invierno. Pero el estudio es que además dice que en La Rioja hacemos las cosas mal dentro de un país en el que ya se hacen mal las cosas. Somos la cola del ratón.

– ¿Qué problemas supone no dormir lo necesario?

– Los que hemos estudiado el sueño sabemos que provoca muchos problemas. Hay consecuencias graves en el sistema cardiovascular porque estás castigando al cerebro. Es como una gota malaya que va afectando a todo el sistema. Sabemos que el ictus puede estar relacionado con la falta del sueño y es la enfermedad que más personas mata en nuestro país. Además tenemos constancia de que provoca cefaleas, epilepsia, depresión, incluso que puede estar relacionado con el alzheimer.

-¿Cuál es el motivo?

– El sistema glinfático (red de vasos utilizados para eliminar los residuos del sistema nervioso central) está más activo durante el sueño profundo y sabemos que ese se consigue a las horas de comenzar a dormir y habría que hacerlo entre 4 y 5 veces cada noche. Eso es imposible si se duermen menos de siete horas.

– A cambio somos los que más siesta dormimos. ¿Eso convalida?

– No. La siesta sirve para tener una sensación de recuperación de cansancio pero la arquitectura del sueño no se realiza en una siesta. A las personas que tienen problemas de sueño les aconsejamos que las hagan de menos de media hora. Que se pongan el temporizador porque además siestas largas pueden tener efectos negativos a la hora de descansar por la noche porque no hay presión de sueño.

– Otro de los problemas es la utilización de pantallas en la cama.

– Esa costumbre genera tres efectos negativos. El primero es que te acuestas más activado y es más complicado conciliar el sueño; además, la luz de las pantallas suprime la producción de melatonina, una hormona que ayuda a regular el sueño. Por último la utilización de pantallas en la cama hace que dejemos de relacionar la cama con el acto de dormir. Igual que cuando te sientas en la mesa ya estás salivando, cuando nos metemos en la cama ya estamos activando el sueño, pero si la cama la hemos convertido en el salón de casa perdemos esa eficacia. Por ejemplo, nosotros aconsejamos a las personas que tienen problemas de insomnio que cuando se desvelen es mejor salir de la cama para evitar esa sensación de que la cama es otro lugar que no es el de dormir.

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