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Gol en Las Gaunas: ‘Un gigante somnoliento’

Existe la creencia de que los equipos de Diego Martínez acaban las temporadas mejor de cómo las empiezan. “Sería el primero en dejar el banquillo si viera que mis equipos acaban peor de lo que empiezan porque eso quiere decir que nuestro trabajo no está siendo el adecuado”, ha indicado en algún momento de este curso. Y tras un inicio de campeonato mediocre, con una única victoria en liga en las primeras siete jornadas, la mejora, en cuanto se dejó atrás la Copa Federación, ha sido evidente.

Los resultados han acompañado, a pesar de los tropiezos en Zubieta, Vitoria o recientemente en Gobela. La temporada es larga pero algo ha permanecido inmutable. “El equipo está bien”. “El equipo está bien”. “El equipo está bien”. Es una frase que repite Diego Martínez en cuanto tiene la menor oportunidad de encajarla en su discurso.

Le ha servido para explicar las victorias, pero también todos esos empates que han llegado pese al buen desempeño del equipo en campos complicados como en Zaragoza, Tudela o Barakaldo durante la primera vuelta. Es humano entender que cuando se fallan ocasiones claras lo lógico es pensar que el resultado debería haber sido otro. “El equipo está bien”… Como en Vitoria, donde se fallaron múltiples ocasiones y el rival se impuso en el ochenta con un penalti discutible.

Es la mejor manera de afrontar el trabajo semanal tras un tropiezo. La exigencia es tan alta y la apuesta tan clara que un equipo que solo ha perdido tres partidos en toda la liga debe apoyarse en este tipo de afirmaciones para digerir golpes que habitualmente se producen en esto del fútbol. Insistir en lo que se hace bien. Es el reto de la mejor continua, en la que se encontraba este equipo hasta una fecha concreta. Fue hace cuatro semanas.

El equipo venía exigido tras la derrota en Vitoria. Se medía en Las Gaunas al Deportivo Aragón, que se presentaba en Logroño con la oportunidad de igualar a los riojanos en la clasificación -ahora hay seis puntos de distancia-. Los riojanos hicieron el mejor encuentro de la temporada. 4-0. Un festín, y ese gigante parece somnoliento. Tras tres malos encuentros -Mutilvera, San Juan y Arenas- y un mal resultado, este gigante de la Segunda Federación parece haber sufrido una bajada de tensión tras el chispazo futbolístico contra el filial maño.

Ni la remontada ante en Mutilnova en el tiempo de descuento parece haber hecho despertar a un equipo que parece haber perdido frescura y denota cansancio mental. La toma de decisiones es lo que marca la diferencia. Y las decisiones no son las adecuadas. La UD Logroñés, por ejemplo, han concedido tres penaltis en sus tres últimos desplazamientos, dando opciones reales a que rivales marquen al que era hasta hace poco la mejor defensa del campeonato. El penalti de Sarriegi en Vitoria -muy dudoso-, el de Monreal el Mutilva -claro- y el de Sarriegi en Gobela -otra vez en una marca dentro del área- son síntomas de un problema que conviene corregir cuanto antes.

El equipo es tercero, mantiene la distancia de cuatro puntos sobre el cuarto clasificado, el Utebo, y recibe este domingo en Las Gaunas al Barakaldo, segundo, para ponerse de nuevo a solo tres puntos de pelear por el subcampeonato. Pero tras la matemática básica se esconde el bajón de juego que ha sufrido este equipo en las tres últimas jornadas, tras el gran partido ante el Deportivo Aragón.

Han surgido grietas arriba y abajo. No se generan ocasiones ni tampoco se defiende con la contundencia de meses atrás. La primavera está a la vuelta de la esquina. Los parciales pasarán a ser finales desde este próximo domingo. Y este gigante somnoliento necesita despertar para arrastrar a sus aficionados tras de sí. Es lo que se espera de un equipo que debería seguir queriéndolo todo, tal y como arrancó la temporada.

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