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Un gol de Miguel Pérez sobre la bocina da el segundo triunfo seguido al Náxara

Foto: Carmelo Betolaza

El Náxara ha vencido al Utebo (1-0), cuarto clasificado, gracias al gol de Miguel Pérez sobre la bocina. Desde el banquillo, el blanquiazul ha saltado para dar la cuarta victoria del curso a los blanquiazules. Todas ellas, en La Salera. Con este triunfo, los riojalteños se colocan con 18 puntos y logran dos triunfos consecutivos por primera vez en toda la temporada. A falta de ocho partidos para el final de la liga, el equipo se sitúa a once puntos de la promoción de permanencia (Arenas de Getxo, 29) y a doce de la salvación directa (Mutilvera, 30). Si acaban descendiendo a Tercera, por lo menos será con las botas puestas.

En cuanto al once, Josean García ha saltado con Toño en portería, mientras que Dani Hernández, Juan García, Viti y Mikel Córdoba se han situado en la línea defensiva. Por delante, Merino y Ochoa se han situado en el pivote, con Villoslada y Rojo desplegados en las bandas. Arriba, Aitor Lorá y Sotelo se han situado como referencia. En el banquillo se han quedado Víctor Pradas, Branco, Izan Flaño, Loza, Miguel, Miguel Pérez (el héroe) y Orodea.

Al igual que ocurrió frente al Tudelano, un gol postrero ha valido por otra gran alegría. El quinto gol de Miguel Pérez en lo que va de campaña completa una racha de ocho puntos de los últimos doce. Cuatro partidos sin perder que han ayudado a incrementar la cosecha de La Salera hasta las 16 unidades. La mejoría del Náxara en las últimas semanas es notable, puesto que lleva tres encuentros sin caer en casa y ha demostrado sus capacidades ante los equipos de arriba, como el Barakaldo o el mismo Utebo.

Sin embargo, su asignatura pendiente son sus encuentros fuera de casa. Solo ha sumado dos puntos a domicilio y todavía no ha ganado en toda la temporada. Tendrá la oportunidad de hacerlo en Zubieta ante la Real Sociedad C (domingo, 18:00). En una situación tan extrema, a los najerinos solo les vale no parar de ganar de aquí a final de temporada. Y esperar. Lo que no se les puede negar es su orgullo.

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