Gastronomía

El Albergue de Calahorra se cuelga el Delantal de Oro en el Concurso de Pinchos de La Rioja

El bar calagurritano se cuelga el Delantal de Oro con el pincho ‘¡Es la pera!’

El pincho ‘¡Es la pera!’ creado por Miguel Espinosa, chef de El Albergue, en Calahorra, se ha hecho con el Delantal de Oro de la XXII edición del Concurso de Pinchos de La Rioja. Se trata, por tanto, del mejor pincho del año y ya está a disposición de los amantes de estas pequeñas delicias de alta cocina. Un cordero al chilindrón dentro de una pera que contiene también queso costeño, harina y leche, mantequilla, fécula de maíz, azúcar, sal, gasificador, huevo, almidón de yuca, pimiento rojo y verde y vino tinto.

En un ‘showcooking’ abierto al público celebrado en Riojaforum este sábado, los diez finalistas -seleccionados previamente por un jurado itinerante- han cocinado en directo sus creaciones en una final que permite ver de cerca cómo los mejores chefs riojanos se afanan para presentar al jurado el pincho que durante todo este mes de febrero han servido a los clientes en sus respectivos locales.

En segunda posición, y por tanto el Delantal de Plata, es para Dulce Laurel con su pincho ‘Lingote riojano’; y el tercer puesto del podio con ese Delantal de Bronce se lo ha llevado Aromas de Rioja by Zenit con su pincho ‘Para chuparte las manitas’. Miguel Caño, de Nublo, en Haro, con una estrella Michelin; Gonzalo Baquedano, de Ajonegro, en Logroño, con una estrella Michelin; Iñaki Andradas, del bar restaurante Baserriberri, de Pamplona, avalado por la Guía Michelin y ganador recurrente del concurso de pinchos de Navarra; Aitor Esnal, del restaurante del mismo nombre en Logroño; y por Abencio Millán, director de la Escuela de Hostelería Camino de Santiago de Santo Domingo de la Calzada, coordinados todos ellos por el gastrónomo Mikel Zeberio, han formado el jurado que finalmente ha elegido los tres mejores pinchos riojano de este año. El ‘Delantal de Oro’ se ha llevado un cheque de 1.700 euros; el ‘Delantal de Plata’, 1.000 euros, y el ‘Delantal de Bronce’, 700 euros.

El Delantal de Plata para Dulce Laurel con su pincho Lingote riojano.

Además, durante la final se han entregado una serie de menciones especiales, elegidas por el jurado itinerante que se ha recorrido los setenta bares y restaurantes que han participado en esta nueva edición del Concurso de Pinchos. El bar El Cueto, de Santurde de Rioja, se ha llevado la mención al Pincho Tradicional por sus ‘croquetas cremosas de boletus’; y el bar Chandro, de Pradejón, se ha hecho con el premio al Pincho #productoriojano (elaborado con alimentos típicos de La Rioja) con el pincho ‘vieira fuggi’. Además, el Pincho Popular, elegido por el público general a través de una votación realizada con cupones en los establecimientos participantes, ha recaído en el bar El Arca, de Logroño, con su pincho ‘Moustang Rioja’. Estas tres menciones están dotadas con 500 euros.

El Delantal de Bronce para Aromas de Rioja by Zenit con su pincho Para chuparte las ‘manitas’.

Zeberio, como coordinador del jurado, ha dedicado unas palabras a los concursantes tras la deliberación, a quienes ha indicado que “ha estado bien, pero tenéis que refinar un poco más desde el punto de vista de los volúmenes, porque os metéis en un callejón que tiene salida, pero, muchas veces, es compleja. Es mejor no ser tan complejos porque sigo echando en falta un pincho con un solo producto”.

El reconocimiento a los Palillos de Honor recae en el restaurante La Vega de Rodezno.

Palillos de Honor

Este certamen, que se ha convertido en uno de los concursos referentes del norte de España, reconoce cada año el trabajo de hosteleros que han dedicado su vida a la buena gastronomía y el producto riojano. En esta edición, el orgullo de hacerse con los Palillos de Honor ha caído en los responsables de La Vega de Rodezno, uno de los espacios gastronómicos más populares de La Rioja, lugar al que peregrinan muchos riojanos y visitantes para darse un festín, una casa de comidas que se ha mantenido inalterable a las modas, sabiendo que su gastronomía va directa al paladar sin tener que resentir las economías familiares. Pucheros profundos, ollas bien tratadas, variedad de productos, menús de toda la vida. La Vega de Rodezno ya tiene son Palillos de Honor.

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