La Rioja

Varios alcaldes riojanos claman por la mejora de la carretera de Enciso a Yanguas

Son poco más de cuatro kilómetros, pero son muchos los que se resisten a recorrerlos debido a la peligrosidad que conlleva transitar por ellos. Es el tramo de la SO-615 entre la cabecera de la presa de Enciso y el municipio soriano de Yanguas. Los ayuntamientos de los municipios riojanos del Alto Cidacos, desde Autol a Enciso, siguen reclamando -junto con los consistorios de Tierras Altas de Soria- a la Junta de Castilla y León que «no se retrasen ni un minuto más» las obras de esta vía. La exigencia de la mejora de este corto tramo es un clamor en los dos lados provinciales de Soria y La Rioja desde hace muchos años y ya no les valen las excusas.

«Hubo la semana pasada una reunión en Valladolid para poner este asunto encima de la mesa, porque es de especial relevancia tanto para los municipios riojanos como para los sorianos», explica Pedro Montalvo, alcalde de Arnedillo. «Se trata de una carretera que nos conectaría de forma digna y rápida con Madrid y todos sabemos de la importancia de ello, más si cabe en una zona donde el turismo es una importante fuente de riqueza».

«Son apenas cuatro kilómetros y se ha calculado que la obra podría suponer un coste de entre 4 y 5 millones de euros que supondrían una mejora muy importante para todos los municipios de la zona», detalla explicando las complicaciones de la vía. «Se trata de una carretera con un ancho de vía muy reducido incluso si fuese una carretera de un único sentido, además tiene unas curvas muy pronunciadas por lo que hay gente que directamente no la coge cuando es la más rápida para llegar por Soria a la capital».

La estrechez de la vía supone «una auténtica odisea cada vez que te cruzas con un camión de frente que suele ser lo habitual porque está muy transitada por vehículos de gran tonelaje sobretodo de madera». Para Montalvo es imprescindible que esas obras comiencen cuanto antes. «Hay veces que ves como los camiones tienen que hacer maniobras si se cruzan con un coche o con el autobús que pasa a diario por la carretera».

La idea es que este tramo de la carretera consiga la misma financiación que el de la parte riojana. «Al final La Rioja consiguió que se financiase al 50 por ciento entre la comunidad y el Ministerio». Y eso es lo que están buscando desde el Gobierno castellano-leonés. Así, la Junta ha pedido al Gobierno central colaboración económica para el acondicionamiento de estos cuatro kilómetros.

Jesús Ibáñez, alcalde de Herce, fue el encargado de acudir a la reunión en representación de los municipios riojanos. «Según nos comentaron desde la Consejería el proyecto de la variante de Yanguas ya está finalizado por lo que sólo quedaría licitar la obra y en el de la carretera faltaría la evaluación de impacto ambiental».

La justificación para retrasar las obras -hasta ahora- era la finalización de la presa del nuevo embalse de Enciso. Pero después de haber pasado un tiempo desde la conclusión de los trabajos y que éste entrará en funcionamiento oficial después de las pruebas de carga previsiblemente en verano, las excusas se agotan.

En el caso del lado soriano, ya se finalizó el ensanche de la calzada de un tramo de 3,5 kilómetros, desde el punto en el que comienza la provincia de Soria, en el entorno de la cola del embalse, que se adentra en suelo soriano. En el riojano también se hicieron los deberes, pero esos cuatro kilómetros parecen haberse quedado en el limbo.

«Aunque el proyecto de esos cuatro kilómetros de carretera y el de la variante de Yanguas son independientes, lo que se nos trasladó desde la Consejería es que quieren hacerlo de forma conjunta y realmente tiene sentido porque una cosa sin la otra no terminaría de solventar el problema», asegura Ibáñez.

Él, como el resto de los alcaldes de la zona, pone de manifiesto que se tratan de cuatro kilómetros estratégicos en uno y otro sentido ya que esta vía, además de acercar Madrid a La Rioja Baja, también acerca el norte de Soria (y con ello toda la provincia) al valle del Ebro y con ello a Navarra y País Vasco.

La carretera que cuenta con una calzada de apenas cuatro metros está desprovista de señalización horizontal y la circulación además se complica por las cerradas curvas con escasa visibilidad, la existencia de bordes rocosos pegados a la calzada y un firme plagado de baches.

Los alcaldes de estos municipios llevan años reclamando la mejora de esta carretera, llamando a las puertas de los gobiernos de La Rioja y de Castilla y León y del Gobierno central. Pero de momento no hay ningún compromiso en firme para el inicio de los trabajos.

Las obras tendrían como objeto la ampliación de la sección transversal de la plataforma, manteniéndose el trazado existente, pero ensanchando la plataforma de rodadura y el radio de las curvas. También se pretendería con la intervención mejorar los sistemas de drenaje, señalización y elementos de contención.

Y es que, en este tramo las actuaciones se ven fuertemente limitadas por la topografía de la zona ya que por la margen derecha discurre paralelamente el río Cidacos, mientras que por la izquierda se localizan fuertes taludes casi verticales.

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