El chef Gonzalo D’Ambrosio llega hasta La Rioja para descubrir las joyas gastronómicas que se esconden entre tanto producto tan rico. Y es que, pese a ser un territorio pequeño, su fértil suelo y el empeño de sus habitantes han hecho de la región un destino gastronómico de lujo. Esta nueva ruta se podrá ver en el programa ‘Las Rutas D’Ambrosio’ que se emite este próximo sábado en La2 de RTVE a partir de las 19:15 horas.
La primera parada de esta ruta es Alfaro, donde José mima su huerta de invierno que se nutre de las cercanas aguas del río Ebro. Su huerta es una joya porque mide exactamente una tahúlla, una antigua medida agraria equivalente a 1.118 metros cuadrados, la superficie que se considera que necesita una familia para alimentarse durante todo un año. Ahora esta huerta se ha modernizado tanto que de ella brotan productos tan exóticos como el pak choi que bien pueden servir para darle un toque de modernidad a un plato tan autóctono como unas patatas a la riojana.
El presentador de ‘Las Rutas D’Ambrosio’ también hace una parada en Agoncillo, donde brota otra de las joyas gastronómicas de La Rioja. En este caso, el azafrán, un preciado ingrediente que ya era considerado en la antigüedad como el oro rojo, pues era uno de los condimentos más caros en relación a su peso. De hecho, todavía hoy, continúa siendo un producto de lujo, llegando a superar los 6.000 euros por kilo.
Ya en la localidad de Sojuela, el chef D’Ambrosio conoce a Miguel, un apasionado vinatero que ha recuperado un tipo de vino que se perdió con el curso de la historia. Se trata del vino supurao, un caldo dulce y familiar muy entroncado con una cultura popular ya desaparecida, pues era el vino que se le daba a los niños, los ancianos o los enfermos.
Y es que, al elaborarse a partir de uvas pasificadas, su alta concentración de azúcar, convertía a este vino en el mejor reconstituyendo posible de la época. Sin salir de este escenario el chef D’Ambrosio cocinará junto a Fernando Sáenz, el chef del frío, un helado con este vino como protagonista.
Otra de las joyas gastronómica de La Rioja es el oro que se comercializa en San Vicente de la Sonsierra. Se trata de un oro comestible, símbolo de riqueza y poder, y que todas las culturas han codiciado. Utilizado como aderezo, este refinado metal añade lujo y sofisticación a cualquier plato o bebida al que se le ponga. ¿Su precio? Todo es poco para un producto que puede convertir cualquier bocado en una experiencia única.
La última parada de esta nueva entrega de ‘Las Rutas D’Ambrosio’ es Haro, donde se elabora el queso de la Sierra de los Cameros. Con más de siete siglos de historia, este queso es todo un manjar medieval citado en grandes obras de nuestra literatura. El programa concluye con el reto para el chef D’Ambrosio de aglutinar en un único plato todas las joyas gastronómicas que ha conocido a lo largo de esta ruta por La Rioja.
