La SD Logroñés ha caído con estrépito ante el Deportivo (0-5), en un encuentro ya totalmente decidido a la media hora de juego y con mayoría de afición visitante en las gradas de Las Gaunas. El Carnaval se ha vuelto Cuaresma para un equipo que lleva siete partidos sin ganar y se hunde en descenso, con 21 puntos y víctima de su propia fragilidad. Con Castellano caído finalmente de la convocatoria y Escobar en el banquillo por lesión, los blanquirrojos han perdido dos activos clave. Se ha visto así la peor versión de los locales, que han encajado su primera ‘manita’ de la campaña. Además, a Larrazabal todavía se le resiste el primer triunfo como técnico.
Aspecto del Fondo Sur
Ni en la peor de sus pesadillas hubiera podido imaginar la Sociedad un partido así. Acompañado por 1.500 de sus fieles (más que los locales), los gallegos han creado pronto una atmósfera de partido grande. Ni diez minutos han tardado en poner el 0-1. Mella se ha internado en el área por el perfil diestro, Barbero ha rematado su centro al poste y Lucas Pérez, solo, ha recogido el rechace para empujar a placer. Nueva concesión defensiva de los riojanos y celebración eufórica de un Fondo Sur con alma blanquiazul. Demasiado eufórica, porque algunos hinchas han lanzado objetos al campo y la megafonía ha avisado doblemente para que no se repitiera la actitud.
Si el primer golpe ha ido al mentón, los dos siguientes han acabado con el partido. Larrazabal definió a Mella como un jugador con una proyección “brutal” y el ‘3’ le ha dado la razón. Desde más allá de más de veinticinco metros, le ha colado un gran disparo con parábola a Iru. Nada ha podido hacer. Veinte minutos de juego y 0-2 en el marcador. La celebración de la afición visitante ha sido monumental. El lanzamiento de objetos se ha repetido, un peluche ha caído sobre la portería de Iru y efectivos de la Policía Nacional han entrado al Fondo Sur para dialogar con los aficionados. Finalmente, tras algo más de tres minutos de parón, el balón ha vuelto a rodar.
Ya con dos tantos de desventaja, la SD Logroñés ha intentado desperezarse. Schmerböck, que ha saltado al campo en punta acompañado de Óscar Fernández, ha estado cerca de recortar distancias. Sin embargo, antes de la media hora ha caído el tercer mazazo. En este caso, error grosero en salida de balón. El pase de Iru se ha quedado corto y Villares se ha quedado en mano a mano contra el portero. El punta ha decidido ser generoso y le ha regalado el doblete a Lucas Pérez. La sangría defensiva no deja de fluir. Ya son 35 los goles encajados. y siete los partidos sin ganar, porque el 0-3 ya ha resultado una losa inamovible.
Foto: RC Deportivo
Al poco de arrancar el segundo tiempo ha caído el cuarto, tras un pase largo que ha dejado solo a Lucas Pérez y un remate de Barbero a portería vacía. Demasiado rápido, demasiado fácil en otro despiste muy grave. Sin pisar el acelerador, el Deportivo de la Coruña ha logrado una goleada abultada y todavía han podido llegar más tantos. Antes de iniciarse la segunda parte, Larrazabal había sacrificado a Miceli, muy superado durante el primer tiempo, para dar entrada al debutante Curro. No le ha salido nada a la SD Logroñés en un segundo tiempo lleno de pesadumbre, impotencia y un estado de ánimo quebrado.
Poco más podía hacer ya el entrenador, que ha apostado por la entrada de Damià, el debut del jugador del Balsamaiso Jesús Márquez y posteriormente, Manny y Trespalacios. Pasan las semanas y los técnicos, pero los resultados no llegan. A estas alturas, ya está claro que Juanma Barroso no ha acertado con la plantilla. El cronómetro corría como un viacrucis para una SD Logroñés que ha encajado otro tanto más. Lucas Pérez ha sorprendido al sacar una falta rápido y Alcaina, nada más entrar al campo, ha rematado solo. Otro regalo en una falta de intensidad apabullante. La agonía se ha prolongado durante muchos minutos, hasta que el colegiado ha pitado el final.
Acaba una noche horrible para unos blanquirrojos que visitarán al Cornellà, el próximo sábado a las 16:00. Vista su situación actual, ya puede tildarse de final para un equipo que aumentará su distancia a la salvación a falta de casi toda la jornada por jugarse.
