Se han multiplicado por seis en los últimos diez años. En los trayectos que recorremos diariamente se libra una batalla silenciosa entre el asfalto y la biodiversidad. Los accidentes de tráfico que involucran a cualquier tipo de fauna se han convertido en un desafío creciente para nuestras carreteras, poniendo en riesgo no solo la vida de animales, sino también la seguridad vial de los conductores.
En 2023, en La Rioja tuvieron lugar más de 1.100 accidentes de tráfico, de los que casi la mitad (el 44 por ciento) tuvieron como protagonista principal o secundario a un animal. Una cifra que no ha dejado de aumentar en los últimos años, con 2021 como año más dramático con un total de 548 accidentes por esta causa.
Con una media de casi diez siniestros semanales relacionados con cualquier tipo de fauna, La Rioja registró un total de 489 encuentros fatales entre vehículos y animales. “Esta vez los accidentes con víctimas han sido cinco en La Rioja, todas ellas heridas leves, pero es un incremento que nos preocupa y estamos trabajando de la mano del gobierno regional en ello”, explica Beatriz Zúñiga.
La preocupación de la jefa provincial de Tráfico está basada en que antes se registraban siempre en determinadas carreteras mas cercanas a espacios naturales. “Desde hace unos años, están de forma importante en prácticamente todas las carreteras de le región”. Además, otra de las preocupaciones está en que “el factor humano no es tan determinante y la prevención es mucho más complicada”.
Cuatro carreteras nacionales son las que en este último año han registrado un mayor número de siniestros de este tipo. Por su cantidad de kilómetros sobre la geografía riojana, la N-232 es, sin lugar a dudas, la que más accidentes provocados por animales registra: un total de 73 a lo largo de los últimos doce meses. La N-111 ha registrado 47; la AP-68, 42 y la A-12, 21.
Entre las carreteras regionales, la LR-111 (recorre el valle del Oja) y la LR-123 (entre Valverde y El Villar de Arnedo) se llevan la mayor parte de estos siniestros con 38 y 34, respectivamente. Después, una batería de carreteras con la LR-113 (recorre el valle del Najerilla) con 16, la LR-115, de Rincón de Soto a Enciso (15) y la LR-124, de Logroño a Briñas (11) como las más representativas. Una decena de ellos se han registrado en caminos de la comunidad.
En lo que se refiere al tipo de animales protagonistas en esta serie de accidentes, los datos de la DGT son claros y exhaustivos. La mayoría están provocados por fauna silvestre, y de éstos 237 por jabalíes y 128 por corzos, seguidos de 23 por ciervos, 16 por zorros y 12 por aves silvestres. Además están registrados también accidentes por gatos monteses, liebres y otro tipo de animales- En el apartado de fauna doméstica los perros han provocado un total de 42 accidentes, mientras que animales vacunos (7), felinos (4) y equinos (4) completan el listado.
Lo que también está claro es que hay dos momentos en el día con más complicaciones en este tipo de accidentes. Son al amanecer (21 por ciento de los accidentes) y al atardecer (49 por ciento). Sólo un siete por ciento de estos accidentes se registran entre las 12 de la mañana y las seis de la tarde. “Son momentos en los que hay menos visibilidad y la reacción ante la presencia de un animal en la carretera es más complicada”, advierte Zúñiga.
La prevención se presenta como la clave para abordar esta problemática. Desde hace algunos años, desde las administraciones se está optando por medidas concretas para evitar este alarmante incremento. “Lo principal es identificar los tramos en los que hay más presencia de animales en carretera y después poner medidas para evitarlos o al menos darle mayor información al conductor”.
Uso de feromonas
Más allá de las medidas de concienciación (“es importante saber que los despistes y la velocidad pueden incrementar los efectos de este tipo de accidentes convirtiéndolos en siniestros de más gravedad”) desde las administraciones se ha optado por medidas novedosas.
Así, en Baños de Río Tobía, en la LR-113 se colocó hace unos años una señal dinámica que además de advertir la presencia de animales en carretera a través de luces, utiliza un dispositivo que utiliza feromonas de lobo para evitar la presencia del animal en la carretera. Las barreras olorosas están compuestas por una mezcla de feromonas con una resina adherente resistente a la lluvia y nieve, y también con agua que disuade al animal a acercarse a la zona.
