No es habitual su presencia, por eso han creado tanta expectación entre los que los han podido verlos estos días por tierras calagurritanas. El pantano del Perdiguero tiene estos días unos inquilinos alados muy especiales: cinco ejemplares de cisne común que están haciendo las delicias de los amantes de la ornitología y de la fotografía. Una estampa navideña de lo más inusual.
El cisne común o Cygnus olor es un ave migrante que rara vez llega hasta estas latitudes. Inconfundible por su enorme tamaño, su blanco plumaje y su larguísimo cuello, es un visitante ocasional de las zonas costeras del norte peninsular.Además de estos escasos viajeros, procedentes del centro y norte de Europa, en nuestro país existen algunos pequeños núcleos reproductores de aves semisalvajes procedentes de las numerosas introducciones de la especie que se han llevado a cabo en parques y jardines.
En los últimos años se han venido dando algunos ejemplos de reproducción en la zona, como por ejemplo en los sotos de Alfaro y aunque algunos ejemplares se trasladan hasta la península para la invernada, casi con certeza los que habitan estos días en el pantano calagurritano corresponden a uno de los pocos ejemplares que se han criado en España que están básicamente entre Cataluña y País Vasco o incluso alguno en La Rioja. Las pocas parejas de esa población suelen andar divagantes en los meses de invierno a través de los humedales del Ebro.
Sobre la presencia histórica del Cynus olor en La Rioja, aparte de los ejemplares que se mantienen o ha mantenido plenamente en cautividad y con incapacidad de vuelo en diversas localidades en las que incluso se han reproducido (embalse de La Grajera en dos ocasiones, en 2013 con éxito) y aparte también de los escapados desde esas localidades, se conocen observaciones de individuos de esta especie que han llegado de forma autónoma a La Rioja desde orígenes desconocidos y con plena capacidad de vuelo.
