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Confe-Rovelo impulsa el reciclaje textil transformando prendas laborales

Foto: Fernando Díaz

Todo empezó en 1978 cuando Ángel Bazán abría una empresa de pinturas en Logroño. La sorpresa llegaba cuando más que barnices, las mayores ventas se hacían gracias a la ropa de trabajo: buzos, batas… Así que, movido por la inquietud, Ángel se formó como confeccionista y abrió un taller donde trabajaban casi cuarenta personas: Confecciones Bazán.

El siguiente paso fue la absorción de la ferretería Rovelo en Gonzalo de Berceo para inaugurar Confe Rioja. “Durante muchos años estuvimos trabajando con Confe Rioja y Confe Rovelo donde hoy seguimos, en la Calle Chile, 18. Hasta 2015, cuando todo el trabajo se concentra en esta última”, explica Lara Bazán, directora general.

Foto: Fernando Díaz

Y mientras Ángel creaba lo que hoy en día es una empresa sólida y reconocida no solo a nivel local sino también nacional, Lara vivía su infancia merendando cada día debajo de una mesa de corte atando botones. Y los fines de semana, “mientras mi padre gestionaba papeles, yo jugaba a que diseñaba, creaba, cortaba, cosía…”.

Pese a que la afición estaba impregnada en el ADN, Lara decidió poner tierra de por medio y, después de estudiar en la Universidad de La Rioja, se marchó a Inglaterra para después trabajar en Tarragona, Bilbao y Costa Rica donde, ya asentada, recibió una llamada que lo cambió todo. Su padre estaba enfermo y la empresa necesitaba que alguien cogiera las riendas. Empezaba una nueva era para Lara y para Confe Rovelo.

De los pies a la cabeza

Está claro que el uniforme de trabajo agrega formalidad a la labor desempeñada pero, sobre todo y especialmente en algunos sectores, sirve para garantizar la seguridad de los empleados durante sus labores. “Si se tiene suerte, el uniforme se va a utilizar 222 días al año durante 8 horas, que es lo que marca el convenio, por ello tiene que tener unas prestaciones adecuadas: durabilidad, confort, que te veas bien, que evite riesgos… en definitiva, que sea adecuado para el uso que se le dé”, destaca Lara.

Foto: Fernando Díaz

Y es que no sirve cualquier prenda para desempeñar las funciones diarias. Bazán lo sabe bien, ya que es Técnico especialista de materiales auxiliares y tejidos además de Técnico en prevención de riesgos laborales. “Es muy importante tener claro que si vas a soldar tienes que llevar un cien por cien algodón, porque si se cae una chispa se pega a la piel. Si estás en un horno, deberás llevar algodón, o si estás en un puesto con riesgo eléctrico tienes que tener algo antiestático. Estás jugando con tu vida y, además de comodidad y calidad con los tejidos, es imprescindible evitar accidentes laborales”.

Confe Rovelo abarca todos los sectores del tejido empresarial riojano, incluso “vestimos hospitales de Sevilla, Madrid, Zaragoza, Barcelona…”. Porque es un negocio que ofrece uniformes desde la cuna. “Empezamos vistiendo a las guarderías, colegios, batas de prácticas y profesores, uniformes de vida laboral y cuando se jubilan los vestimos con el buzo de la huerta”.

Foto: Fernando Díaz

Con todo tipo de tallas y cortes, Confe Rovelo además ofrece prendas con personalidad. “Trabajamos don dos líneas. Lo que tenemos en tienda y la ropa personalizada. Cualquier empresa puede venir y describirnos cómo quiere que sea su uniforme, y nosotros lo adaptamos y adecuamos a la imagen corporativa”. Para ello utilizan técnicas de marcaje con los logos bordados o serigrafiados.

A la moda

Porque, como todo, el sector textil dirigido a las empresas también ha cambiado con los años y se ha adaptado a las modas. “Quizás el punto de inflexión fue Master Chef. La imagen que presentaban de los cocineros era renovadora y eso dio pie a que el sector evolucionara a pasos agigantados. Antes la chaquetilla del chef era blanca o negra, y ahora lleva cuero, colores y estampados dispares…”.

Foto: Fernando Díaz

Lo mismo ha pasado con las batas de los docentes. “Tenemos en tienda más de treinta modelos estampados y en rotación. Cada mes metemos algo nuevo que estará un tiempo determinado. Intentamos no repetir colecciones. Al final estamos en Logroño y la gente quiere desmarcarse e ir diferente”.

Además de por sectores, Confe Rovelo trabaja por temporadas. En invierno le toca el turno a la industria y tras ella, a partir de diciembre, comienzan con los uniformes sanitarios. Para marzo, y más este año que la Semana Santa llega antes, el fuerte está en los petos de fiestas y camisa de peñas. “Las cuadrillas comienzan a juntarse y el sector de la fiesta se mueve mucho ya que somos los únicos en La Rioja que lo trabajamos tal y como el cliente lo diseña. Además nos hacen muchos pedidos de Valencia y Teruel”. Luego llega San Bernabé y en junio, cuando acaba el curso, se inicia la temporada de vuelta al cole. “Todo es cíclico. Trabajamos sin descanso”.

Foto: Fernando Díaz

Comprometidos también con el medio ambiente, Lara confiesa que la industria textil es la segunda que más contamina “y eso es un disparate”. Por ello, preguntándose qué obligación social tienen y qué se puede hacer frente a este problema, Confe Rovelo va a lanzar una línea sostenible en la que todas las empresas que tienen sus almacenes llenos de ropa desfasada, “pueden traerla para reutilizarla. Por ejemplo, cortar mangas para verano, cambiar logos o dibujos… El objetivo es evitar un sobrecoste a la empresa y que esa ropa vuelva a tener utilidad y no vaya a un contenedor”. Una empresa comprometida al cien por cien con sus clientes y con el futuro.

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