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Las Ferias de la Concepción superan su ecuador con éxito de público

Las Ferias de la Concepción calceatenses esperan alcanzar los cien mil visitantes hasta el domingo

Estos días, como viene siendo habitual cuando diciembre se asoma al calendario, es más probable encontrar a tu vecino en Santo Domingo de la Calzada que en el ascensor de tu inmueble. Las Ferias de la Concepción se confirman como el gran reclamo turístico del puente de diciembre en La Rioja… pero ni mucho menos solo para los riojanos.

“Los visitantes de País Vasco vuelven a ser los más numerosos este año, pero estamos notando muchísima afluencia de turistas llegados de Madrid y de Barcelona”, apunta a NueveCuatroUno el alcalde calceatense, Raúl Riaño, feliz de que este viernes -ecuador de las Ferias- “no se cabe”.

Porque todo apunta a que el objetivo de alcanzar los cien mil visitantes al cierre de las fiestas se materializará de aquí al domingo. “El miércoles superamos los 20.000 visitantes y ayer nos quedamos en unos diez mil, pero es que hizo un tiempo horrible”, señala el primer edil, quien celebra la clemencia del Astro este viernes y las buenas previsiones durante el fin de semana.

“Es nuestro agosto”

Las ganas de que las calles de Santo Domingo se queden pequeñas van mucho más allá del orgullo propio de cualquier paisano. “De aquí come mucha gente durante todo el año; esto equivale a nuestro agosto en los municipios de costa”, valora Riaño, subrayando que la relevancia de las Ferias trasciende a las mugas calceatenses: “Generan riqueza a toda La Rioja porque los hoteles de Haro y Ezcaray están llenos; en estas fechas no hay nada”. Pero lo verdaderamente importante es que el público que acude estos días a Santo Domingo de la Calzada tiende a volver porque “se quedan con la sensación de querer ver el municipio con más detenimiento”.

Pero eso llegará más adelante, porque hasta el domingo está prohibido mirar al futuro de Santo Domingo por riesgo a dejar de disfrutar un pasado medieval que llena sus calles de cetreros, artesanos, caballeros de justas, espadachines, trovadores y mercaderes. Un legado medieval que, lejos de dejarlo morir, los calceatenses han sabido convertir en el mayor reclamo del puente de diciembre en el norte de España.

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