Tinta y tinto

Tinta y tinto: ‘Paseo militar’

Maquinaria en marcha. Todo en orden. La tranquilidad es lo que se busca. El PP sigue arreglando la estropeada maquinaria que saltó por los aires en 2017 porque quiere seguir gobernando La Rioja mientras el PSOE ni está ni se le espera a pesar de que Pedro Sánchez haya vuelto a ser presidente del Gobierno de España. Gonzalo Capellán ya se ha dado su tranquilo paseo militar en Albelda para convertirse en Papá Pitufo con el beneplácito de (prácticamente) todos los afiliados populares. Poder absoluto para el líder tanto en el Ejecutivo como en el partido por si acaso las bicefalias o las salidas de pata de banco.

Una reunión en un hotel hace año y medio ha devuelto la tranquilidad a la tierra en la que nunca pasa nada. La tranquilidad es lo que se busca. Un proceso sin voces discordantes en el que Capellán ha logrado levantar los puños sin tener que levantar la voz. Los hechos y el respaldo de las urnas le avalan. Mayoría absoluta para dirigir con mano de hierro la comunidad durante los próximos, al menos, cuatro años. Con ese respaldo, otro respaldo para seguir cosiendo heridas y tejiendo redes que reconstruyan el partido de cara a las siguientes legislaturas.

Ya nadie se acuerda del congreso fallido con Alberto Bretón y Alfonso Domínguez como precandidatos. El primero intentó su aventura en solitario junto a los díscolos del Partido Riojano con resultado ya conocido (2,6 por ciento de los votos obtenidos y nula representación) y el segundo ha demostrado ser hombre de partido sabiendo amoldarse a las circunstancias que le iban planteando desde arriba y desde abajo. Todo en orden. La tranquilidad es lo que se busca y el dinero es lo que se maneja.

Al igual que en la formación del Consejo de Gobierno, Capellán ha optado por su gente más cercana del partido para poner prietas las filas azules y remar todos juntos en la misma dirección. Cinco consejeros en el núcleo duro del PP para seguir afinando una maquinaria política que ha gobernado La Rioja veintinco de los últimos veintinueve años. En la tierra con nombre de vino (y apellido de gastronomía), el conservadurismo cotiza al alza para que la tranquilidad reine tanto en la vida como en el bolsillo de los riojanos. Alfombra rioja para Gonzalo. Alfombra rioja para el PP. Alfombra rioja para una forma de hacer que siempre ha funcionado y que se ha levantado contra aquellos que han intentado cambiarla de camino.

Alfonso Domínguez gana peso (político) al mismo tiempo que la fotografía popular se llena de rostros femeninos (Cristina Maiso, Marta Fernández, María Martín, Noemí Manzanos…) y se erige como número dos de Capellán en todos los niveles. El nuevo “pregúntale a Paco”, con el que el PSOE despachaba cualquier asunto hace unos años, es ahora el “lo he hablado con Alfonso”. Y, a partir de ahí, hilo directo con el presidente para abordar cualquier tema. Lo mismo da arreglar una carretera que crear una ley. Fontanero funcionarial con Diego Bengoa como ejecutor para los asuntos internos.

Cuca Gamarra continuará como número dos del PP a nivel nacional con La Rioja como su casa mientras el presidente regional la alicata, la amuebla y la pone bonita. Con su carrera ‘intacta’ en Madrid tras la confirmación de la Secretaría General (damos por hecho que la portavocía del Congreso era imposible con ese puesto) que realizó Alberto Núñez Feijóo en Albelda, la exalcaldesa de Logroño tiene poco o nada que rascar por los dominios de Gonzalo Capellán. Desprendida de las decisiones del día a día de la comunidad, su función se limita a salir en las fotos sonriendo para recordar que sigue estando sin estar. El altavoz riojano en el corazón del país, pese a que sus resultados todavía están por ver.

La tranquilidad es lo que se busca. Un congreso sin estridencias, un líder que aglutina todo el poder orgánico y gubernamental. El PP se ha rendido al saber quehacer de Capellán para los próximos cuatro años, confiando en hacerlo para los próximos ocho y con la vista puesta en el infinito y más allá.

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