Gastronomía

Parada y Fonda: ‘La orejita más crujiente de Logroño’

Como pipas. Suenan como las pipas pero saben mucho mejor, claro. Son los pedacitos de orejita frita que se marcan en el Toten, bar ubicado en la calle Duques de Nájera, el bar que durante mucho tiempo fue conocido como “el bar de Jesuitas” por su cercanía a la puerta de acceso principal a este instituto logroñés. Pues resulta que ahora es el Toten y hacen las cosas realmente bien, desde la atención hasta lo que sirven en lo que conforma una propuesta reconocible aunque con espacio para sabores que indican que lo que ahí se cocina se hace con esmero y sentido.

La orejita cruje, y cruje, y cruje, y cruje… así hasta acabar con una generosa ración ideal para compartir y abrir apetito siguiendo las recomendaciones que presentan sus propietarios en una pizarra ubicada en lo alto de la barra. Rotan las propuestas al ritmo de una cocina que reparte juego con unas croquetas esponjosas que este día eran de jamón y también de morcilla con pimientos.

Las tostas de anchoa y ricotta no son para compartir, conviene pedir una por comensal, como el taco de cochinita o la empanada de verduras  y foie. Recetas reconocibles pero con ese toque diferencial que le aportan a este espacio un sello personal necesario para disfrutar de una velada un poco alejado del centro de la capital, que en ocasiones conviene hacerlo para tomar un poco de perspectiva.

Así, se atreven con lo que conocen como “el pato estrella”, un sandwich de carne desmigada de pato con un aderezo fantástico por el punto picante de la mayonesa de siracha que explica bien a las claras qué es este sitio que tan de moda está en la calle Duques de Nájera.

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