La Consejería de Salud ha descartado finalmente el cierre de las urgencias del CARPA en horario vespertino. Así se lo ha transmitido a los trabajadores del centro, después de haber estudiado un posible cierre –avanzado por este medio la pasada semana– que se hubiese hecho efectivo a partir del 1 de enero. Una vez más, la presión de los sindicatos y los trabajadores ha echado por tierra las intenciones de la Consejería, que valoraba el cierre de la ‘atención continuada’ por las tardes para que las consultas de urgencias se derivasen a los médicos de Atención Primaria que trabajan en el turno de tarde en determinados centros de salud.
Hace dos años, esta misma presión sirvió para que no se cerrasen las urgencias nocturnas del CARPA. Esta vez, la intención del departamento que dirige María Martín era que los más de ochenta pacientes que pasan a diario por el centro en ese horario se derivasen a sus centros de Atención Primaria. Una solución que no han visto con buenos ojos los médicos del área con turno de tarde, que hubiesen visto crecer su presión asistencial.
El CARPA realiza un total de 20.800 atenciones presenciales al año y 1.300 atenciones a domicilio en las horas en las que se estaba estudiando el cierre, según apuntan los sindicatos.
El pasado jueves se mantuvo una reunión con los coordinadores de los centros de salud para trasladarles la medida pero, ante su rechazo y el de otros profesionales sanitarios, se ha determinado que las urgencias vespertinas de la capital sigan atendiéndose en las instalaciones del CARPA.
Elena Sutil, delegada FSS-CCOO en el SERIS, se muestra satisfecha con la rectificación: “Iba a ser un problema gordo porque las urgencias de tarde del CARPA no sólo atienden a los usuarios habituales de la Atención Primaria; hay muchas residencias de mayores que no tienen servicio médico por las tardes y acuden al centro, así como el servicio a domicilio, los paliativos, los pisos tutelados… Toda esa gente se iba a quedar sin atender”.
Sutil explica que la decisión partía de la petición de una parte de médicos, sin tener en cuenta a las enfermeras ni a los celadores del SUAP, que son los que trabajan en las instalaciones del CARPA. “No tenía ningún sentido la propuesta de que los centros de salud de Logroño comenzasen a trabajar en las mismas circunstancias que los del resto de municipios que cuentan con urgencias de tarde en sus propias instalaciones, pero sin un servicio concreto de urgencias propio”, explica.
“Los médicos de tarde tendrían que asumir a estos pacientes y, por lo tanto, quitar tiempo de sus cupos y ampliar aún más las listas de espera que en algunos casos ya sobrepasan los diez días”, añade Sutil.
Para la delegada sindical, “con esa medida se iba a destartalar la atención de urgencias en Logroño, pero también en la Atención Primaria e, incluso, en el hospital”. La solución a la saturación en momentos puntuales del CARPA no es otra, para ella, que “poner atención continuada en centros de Atención Primaria pero sin cerrar el CARPA y contratando a médicos de urgencias específicos”.
“Iba a suponer regresar al caos”
Ángel Laspeñas, responsable de Sanidad de CSIF La Rioja, ya destacaba hace unos días la preocupación por la medida que se pretendía llevar a cabo y verbalizaba su preocupación por los trabajadores del centro: “Para algunos iba a suponer cambios importantes en sus condiciones laborales”. Además, ya entonces censuraba que la propuesta no se hubiese consultado con los sindicatos.
Para Nuria Aldonza, delegada de de Sanidad de FeSP UGT, la noticia suponía “un nuevo ataque a la Sanidad Pública, que demuestra una vez más la línea continuista con las políticas de recortes y privatizadoras del Gobierno del PP”. El cierre del CARPA hubiese supuesto para ella “una mayor saturación de la Atención Primaria, ya de por sí al límite, y una vuelta al caos ya vivido en las urgencas del Hospital San Pedro”.
Desde la Consejería de Salud descartan que se haya producido ninguna novedad sobre este asunto y aseguran que “seguimos dialogando con los profesionales ; no hay una decisión firme tomada”.
