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No al Black Friday: “Tenemos que ser fieles a nuestros clientes”

Son muchos los comercios que en los últimos años se están bajando del carro del Black Friday. Muchas tiendas riojanas están empezando a optar por no participar en un fenómeno que desembarcó en 2012 en España llegado de Estados Unidos, que se implantó poco a poco en el comercio local y que con el paso de los años se está despegando de él.

E-Tope en Calahorra es una de ellas. “No somos los únicos, ya hay tiendas en Calahorra y en Logroño que están optando por no sumarse a esta iniciativa porque tiene poco sentido”. En sus comienzos el Black Friday se centró casi exclusivamente en productos electrónicos, pero la moda es, ya hace tiempo, otro sector clave en la celebración de una fiesta que “sólo se traduce en un hiperconsumo que ejerce un estrés enorme tanto a los consumidores como a los negocios porque parece que es obligatorio participar tanto seas cliente como comerciante”.

Piluka y Luis llevan décadas regentando tiendas de moda en la ciudad y explican sus razones entrando en el meollo de la cuestión. “Aunque nosotros ya llevamos haciéndolo algunas temporadas entendemos que cada vez más gente se sume a no participar en en Black Friday; especialmente este año que está siendo una campaña desastrosa: tenemos las tiendas llenas porque aún no ha empezado a hacer frío”.

Una de las razones es esa. Con el cambio climático las temporadas llegan cada vez más tarde. “Hay productos que todavía estamos recibiendo y no los puedes rebajar nada más llegar a la tienda especialmente porque no les cargamos tanto como para poder jugar con los márgenes”.

Pero las principales razones no tienen nada que ver con la temporalidad sino con un concepto que va mucho más allá. “Creemos que tenemos que ser fieles a los clientes habituales, no puedes poner un producto a un precio, rebajarlo durante unos días y luego volver a subirlo”, explican. “Cuando sólo se trataba de un día concreto aún tenía algo de sentido pero es que ahora se alarga durante varios días o más de una semana, en otros casos”. La fidelidad a sus clientes es uno de los motivos, pero no el único. “Creemos que este tipo de iniciativas nos lleva a un consumo poco sostenible, se compra por impulso, por el hecho de que hay que comprar en esas fechas y no realmente porque los clientes necesiten esas prendas”.

Además añaden que son muchos los comercios que compran material sólo para esos días concretos. “Nosotros tenemos una sección outlet durante todo el año con el precio que tenía en temporada y el precio rebajado, ahí no hay ni trampa ni cartón”. Lo otro no es más que una iniciativa de compra compulsiva que sólo beneficia a las grandes marcas que operan a través de internet. “Es Amazon el que se lleva buena parte del pastel de estas ventas compulsivas y en poco o nada beneficia al comercio de cercanía”.

Su decisión también atiende a la gran cantidad de residuos que generan estas iniciativas. “Embalajes de plástico, cajas de cartón, celofán, bolsas, etiquetas, por no hablar del ‘packaging’ de cada uno de los productos que se adquieren. Todo suma cuando millones de productos adicionales son comprados en todo el mundo en el transcurso de tan solo una semana”.

Muchas marcas entran en una carrera por ver quién ofrece los precios más rebajados para desbancar a sus competidores y maximizar sus ventas. “Estamos acostumbrando al cliente a comprar un pantalón por lo que cuesta la cremallera de uno”.

Van aún más allá. “Estos precios tan bajos solo son posibles con malas condiciones laborales en las fábricas y no reflejan el tiempo y los recursos que se han empleado en confeccionar los productos que compramos. Entendemos que si nuestros clientes nos eligen es porque realmente les gusta lo que les traemos a la tienda y no sólo porque nuestro producto esté rebajado y para comprarlo más barato ya están las temporadas de rebajas que comienzan en enero”. Creen así que esta decisión no es más que apostar por el comercio local y fomentar un consumo sostenible.

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