Del salado al dulce transita este nuevo espacio que abre este viernes sus puertas por primera vez. Con su nombre está todo dicho. Dulce Laurel ocupa el lugar del extinto Umami para dejar atrás la apuesta por la cocina exótica y recuperar en esta calle logroñesa un nuevo punto donde la identidad de lo propio, de lo riojano, se exprese en plenitud.
A los mandos del concepto gastronómico Dulce Laurel se encuentra un chef experto en mil batallas, que ha apostado, desde siempre, por el negocio familiar, más concretamente por el dulce calagurritano artesano elaborado siempre con productos locales, tal y como marca su recetario familiar heredado de sus padres. Gabi, responsable de Flor y Nata en Calahorra, desembarca desde este mismo viernes en el corazón de La Rioja gastronómica para presentar a los miles de visitantes las cosas saladas tan ricas que sabe hacer y para completar -que buena falta hace- la oferta dulce de esta calle con las mejores creaciones de un repostero artesano que reivindica el sabor de lo riojano.
Foto: Fernando Díaz
Gabi, junto a su compañera Yussy, inician este viernes 17 de noviembre una aventura que inician desbordantes de orgullo. “Llevamos muchos años trabajando, y por fin se han dado las circunstancias necesarias para estar en esta calle”. Se nota devoción en las palabras de Gabi. “Es un gran orgullo lucir en el pecho de nuestras chaquetillas el corazón de La Laurel. Para nosotros dos, que hemos paseado tanto por esta calle en cuanto teníamos una tarde libre, es increíble vernos ahora al otro lado del mostrador para ser parte de esta calle y servir a los visitantes las propuestas que creemos de corazón que son necesarias”.
Este repostero de referencia en la región llega a La Laurel con ese buen hacer del profesional que lleva tocando la calle desde hace décadas, para situar postres tradicionales en lo más alto del recetario nacional, como sus famosos Calagurris, único postre riojano que hasta el momento se ha hecho con la medalla de oro en la categoría de Postres Típicos de España. Fue en el año 1999 y desde entonces clientes de todas partes viajan a Calahorra para hacerse con este bocado que ya se puede degustar en Dulce Laurel.
Foto: Fernando Díaz
Gabi y Yussy llegan a este espacio con los chocolates de la firma Kankel o con los helados del maestro Sirvent para presentar tres opciones dulces que serán del agrado del gran público. Un local en el que también hay propuestas saladas con un denominador común, el producto riojano de calidad, como un fardelejo de cardo con Nuez de Pedroso, “que podría ser nuestra especialidad, siento mucho orgullo de haber creado el primer fardelejo salado de La Rioja”, explica Gabi, que llega a La Laurel con un pincho en el que la trucha riojana es la principal protagonista, y otro donde la cabeza de jabalí brilla en el primer pincho 100% artesano riojano y que por tanto se firma con el certificado de Artesanía de La Rioja.
Dulce Laurel arranca con el único propósito de fortalecer la identidad riojana en la principal calle gastronómica de la región, es decir, lo que lleva haciendo desde hace décadas Gabi en Flor y Nata en Calahorra.
