La Rioja

Abusos sexuales en la Iglesia: “Aún tengo impregnado el olor de sus partes”

Hay cosas que nunca se olvidan. Situaciones que marcan un antes y un después en la vida, aunque al principio no te des cuenta. Y sobre todo, y en este caso, olores que provocan arcadas treinta años después. Javier (nombre ficticio) ha crecido con ciertas imágenes en su cabeza protagonizadas por un cura y un confesionario que le encantaría no tener que revivir.

Durante muchos años la pederastia en el seno de la Iglesia Católica ha sido un tema tabú. Ha dolido tanto que el mutismo ha podido con los gritos silenciosos que cientos de niños han callado intentando olvidar, “pero esa rabia siempre te persigue. Esos flashes en tu cabeza hacen imposible ignorar lo ocurrido, por mucho que quieras”.

Recién hecha la Comunión en Logroño, Javier tomó por costumbre ir cada domingo a misa, y antes de que empezara se acercaba a ese cubículo que tantos malos recuerdos le ha dado para confesarse. Ahí empezó la pesadilla. Se arrodillaba en el reclinatorio antes de pronunciar el ‘Ave María Purísima’, hasta que un día el sacerdote le invitó a entrar al confesionario.

“Al principio no cerraba la puerta, solo corría la cortinilla, pero cuando ya fue tanteando el terreno comenzó a ponerme excusas de que no me escuchaba bien”. Hasta que un día la puerta se cerró y la oscuridad se hizo eterna. “Como no cabíamos bien se levantaba la sotana, abría las piernas y me cogía para meterme en ese hueco mientras empujaba mi cabeza contra sus partes y me acariciaba”.

El hedor se hacía insoportable. “Yo nunca había olido el calzoncillo de un hombre, y el tenerlo tan pegado a la nariz y a la boca se me ha quedado grabado a fuego”. La voz de Javier se entrecorta y la respiración se agita cuando rememora la situación. “Eso me marcó”.

Y mientras le acariciaba le regalaba los oídos. “Me decía que era su favorito y que tenía que ser bueno con él”. Javier, con 8 años, no era consciente de lo que le estaba pasando, y en su casa le llegó a comentar a su madre que algún día el cura le metía en el confesionario para hablar. “Mi madre no le dio mucha importancia, quizás porque yo no le daba más detalles”.

Con el paso del tiempo el sacerdote comenzó a llamar por teléfono diariamente a casa para convencer a la madre de Javier de que era un muchacho estupendo y quería que fuera su monaguillo personal. “Ahí algo empezó a chirriarle a mi madre y se negó en rotundo, es más, a mí este señor, por llamarle de alguna forma, me tenía tan sometido y engatusado que me llevé un berrinche y me enfadé con ella por no dejarme”.

Treinta años después, Javier recapacita y en voz alta clama: “Si no llega a ser por ella… ¿qué hubiera pasado? Porque si eso me hacía en el confesionario con gente en la iglesia, qué no me haría a solas en la sacristía”.

Al poco tiempo de la negativa por parte de la familia de Javier, “el cura desapareció de la parroquia. Dijeron que se había ido a trabajar al Vaticano, pero vete tú a saber… Recuerdo que conmigo siempre era muy majo, y me extrañaba un poco porque la gente siempre se quejaba de su mal humor”. De la noche a la mañana desapareció, pero Javier no empezó a darse cuenta de lo que había ocurrido hasta años más tarde.

“Es raro de explicar. De pequeño pienso que no me creó ningún trauma, pero cuando cumplí los 15 años y fui consciente, la cosa cambió y empezaron los problemas”, reconoce Javier.

Hoy las imágenes del confesionario siguen retumbando en su cabeza y el olor continúa impregnado en él. A sus padres nunca les dijo nada, “pero mi madre no es tonta y, aunque no llega a imaginarse lo que allí pasó, sabe que hubo cosas raras. Por eso me alejó”. El ‘susodicho’ volvió hace años a La Rioja y Javier reconoce que ha hecho más de una búsqueda en Google con el nombre del sacerdote. “Sé que esto me va a perseguir toda la vida, y no creo que ahora se pueda hacer mucho, así que procuro remover la historia lo menos posible”.

Por su parte, la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, al ser informada sobre este caso, ha declarado que lo desconocía y no tenía ningún dato sobre él, y ha animado a la víctima a denunciar los hechos. Además, ha recordado que se pone a disposición para atender a las personas que hayan sido víctimas de abusos sexuales en la región y anima a denunciar estos hechos.

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