El viticultor, enólogo y arquitecto Javier Arizcuren ha explicado este martes la importancia de incluir la sostenibilidad en los viñedos de Rioja partiendo del cuidado y respeto a la tierra, buscando además la rentabilidad de los vinos que salen de ella. “Cuando apuestas por ello te das cuenta de que muchos mercados internacionales creen en el valor añadido que ofrece la sostenibilidad”.
Arizcuren ha protagonizado la primera sesión del foro NueveCuatroVino en un animado debate en el Centro Cultural Ibercaja junto a Leire Díez, periodista de NueveCuatroUno, en una bajo el título ‘Sostenibilidad en el viñedo, ¿presente o futuro?’. El ganador de los II Premios Diario de Vendimia (categoría sostenibilidad) ha dado a conocer los detalles de su proyecto Oh Vino, donde el pastoreo en el viñedo se ha convertido en una oportunidad de afianzar una óptica en la que hay que seguir trabajando en Rioja.
Ir de lo concreto a lo general para que el conocimiento adquirido sirva al resto, aunque quizás no sea fácil empezar. “Todo tiene que responder a un convencimiento propio que conjugue el respeto al trabajo realizado durante años por nuestros padres y abuelos y buscar otros rumbos por los que transitar para ir mejorando”.
FOTO: Riojapress.
Una idea que no nace de un día para otro. “Empezar a trabajar en ello parte de un proceso de autoconocimiento y luego ir chequeando las cosas que funcionan. Tiene que ser un proceso gradual. No te puedes levantar una mañana y decir que quieres ser sostenible”. Un trabajo que nunca termina, pero que sirve para afianzar la calidad de los vinos de Rioja fuera de sus fronteras. “Y es que, una vez que das los pasos en ese sentido te das cuenta de que suponen un ahorro económico, pero además pone en valor la economía circular y, en nuestro caso, la ganadería del entorno”.
La importancia de crear sinergias que ofrecen una mejora en la diversidad de suelos, la flora y la fauna. “Hay cosas que podemos cuantificar: el trabajo que se ahorra, las emisiones de CO2 a la atmósfera”, ha señalado, citando otras que se seguirán pudiendo medir tras comparar las analíticas iniciales de los suelos y las que se hagan al finalizar el proyecto.
Porque Arizcuren lo tiene claro: “La calidad de la uva tiene parte de su fundamento en los suelos que han sido los grandes olvidados durante décadas”. Recuperar ese conocimiento que ya tenían los mayores sobre los suelos y aprovechar el de unas nuevas generaciones más formadas que nunca.
Y al fondo, como objetivo, conseguir ser pioneros en España en la apuesta por la sostenibilidad y que Rioja marque el camino. Clima, suelos, calidad, conocimiento y formación de las nuevas generaciones. “Tenemos todas las mimbres para hacer un cesto más sostenible”. Unos primeros pasos dados y mucho aún por hacer. “La sostenibilidad puede ser una fórmula para salir de la crisis: buscar nuevas fórmulas con las que trabajar siendo conscientes de que el prestigio de modelos más sostenibles hacen crecer en valor a nuestros vinos”. Y es que los mercados valoran y agradecen el esfuerzo en este sentido.
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Alemania, Suiza… modelos en los que fijarse en prácticas más respetuosas con el medioambiente. “Ellos simplemente llevan más años y por eso nos llevan algo de ventaja pero las condiciones de Rioja son mucho mejores para conseguir llegar a un modelo de sostenibilidad exitoso”.
Simplemente a través de cuestiones tan sencillas como adaptar las variedades a la realidad de los terrenos. “A veces nos hemos olvidado de que cada zona tiene un clima y unos suelos en los que hay determinadas variedades que funcionan mejor”. En definitiva, realizar un trabajo de reflexión para adaptar variedades a la realidad de diferentes zonas para evitar intentar corregir errores más tarde.
“El futuro es prometedor en este sentido, pero queda mucho trabajo y sumar a mucha gente. La sostenibilidad puede ser otro punto más a nuestro favor a la hora de ser la mejor denominación de España y una de las mejores del mundo”. Abrir los ojos, ver lo qué te ofrece todo lo que tienes alrededor para crear sinergias con otros sectores.
“Tiene que haber ganas para encontrar las herramientas necesarias para seguir creciendo”. Y todo ello pasa por la formación, ha señalado Arizcuren. “El agricultor necesita sentirse seguro, saber que la sostenibilidad funciona y repercute en la calidad de los viñedos”. Y para eso, un reto por delante: “Es imprescindible que todo lo que se está haciendo en diferentes ámbitos en innovación y sostenibilidad se transfiera a los agricultores, ese conocimiento que se está adquiriendo tiene que ser permeable a lo que pasa en el campo”.
