La neurorrehabilitación es un proceso por el cual se actúa en la recuperación de una persona que haya padecido una lesión o una enfermedad que afecte directamente al cerebro y al sistema nervioso. A día de hoy existe una gran cantidad de evidencia científica que asegura que la neurorrehabilitación es fundamental para la recuperación de personas que hayan sufrido un ictus, un traumatismo craneoencefálico o padezcan enfermedades neurológicas como el Párkinson, Esclerosis Múltiple, ELA, diferentes tipos de demencias, lesión medular,…
Con motivo del Día del Daño Cerebral Adquirido que se celebra este jueves, desde el Centro Integral de Neurorrehabilitación y Neurodesarrollo de La Rioja buscan concienciar sobre la importancia del tratamiento adecuado para estos pacientes, aplicando programas con criterios de calidad (multidisciplinares, coordinados, intensivos, individualizados) que han demostrado que ayudan a mejorar su calidad de vida de estas personas y también la de sus cuidadores, sin importar variables como la edad, la cronicidad (el tiempo desde la lesión) o la gravedad inicial.
Federación Española de Daño Cerebral.
El equipo de CINN Rioja aborda las claves de estos programas para que sean efectivos. La Sociedad Española de Neurología y todas las guías de práctica clínica internacionales especifican las características que debe de tener un programa de este tipo:
– ¿Cuándo debe iniciarse el tratamiento?
Debe de iniciarse lo más pronto posible, una vez se hayan controlado los aspectos médicos y el paciente esté estable.
– ¿Cuál debe ser la intensidad?
Se recomiendan al menos 45-60 minutos de cada modalidad de terapia específica (logopedia, fisioterapia, terapia ocupacional, neuropsicología, etc.) que el paciente precise en función de sus necesidades (habitualmente 3 horas/día), con una frecuencia que les permita alcanzar sus objetivos de rehabilitación (habitualmente 5 días por semana). Si se necesita más rehabilitación en una etapa posterior, se debe adaptar la intensidad a las necesidades de la persona en cada momento.
– ¿Quién debe proporcionarlo?
El equipo de profesionales implicados debe de ser capaz de abordar tanto los problemas físicos como cognitivo-conductuales y sociales que el paciente pueda presentar. Por eso, es fundamental que esté formado por diferentes profesionales que trabajen de manera coordinada y constante
comunicación: neurólogos, fisioterapeutas, logopedas, terapeutas ocupacionales, neuropsicólogos,…
– ¿Dónde debe realizarse?
Para contestar a esta pregunta hay que tener en cuenta la fase en la que se encuentre el paciente. Durante la fase aguda (en la que la persona necesita aún de cuidados médicos) la persona debe recibir rehabilitación en el propio hospital. Cuando es dado de alta, empieza la fase subaguda. Si la familia no tiene los medios para atenderle en su domicilio, porque es muy dependiente, se le trasladará a una Unidad especializada de neurorrehabilitación que cuente con residencia. Una vez la persona adquiera los requisitos mínimos para poder trasladarse a su domicilio, y hayan realizado las adaptaciones del hogar (en caso de necesitarlas), se iniciará la fase neurorrehabilitación ambulatoria, es decir, el paciente acude a una clínica especializada para recibir tratamiento intensivo, pero viviendo en su casa.
“Esta parte del tratamiento es muy importante porque el paciente y su familia van a ver las necesidades que tiene en su vida diaria y dónde se va a iniciar la mejora de los objetivos funcionales”, destacan desde CINN. Este centro cumple con todos los requisitos para atender a personas que sufren patologías neurológicas como las mencionadas anteriormente con el fin de cubrir de manera global las necesidades, tanto en población adulta como en población infantil, mejorando la autonomía, reinserción y calidad de vida. “Una pregunta que nos hacen muchas familias es el tiempo que se ha de prolongar esa rehabilitación, pero esto depende de muchos factores y no hay un tiempo fijo porque cada caso es único”, apuntan.
