Gastronomía

Tiempo de pochas en La Rioja

La Rioja afronta la recta final para uno de los productos estrella de su gastronomía. La pocha es una verdura que hace las delicias de los amantes de la estacionalidad en la cocina, de todos estos platos que llegan durante una época concreta del año para estar con nosotros durante unas semanas que nos sitúan en el calendario de la cocina de temporada, la rica, la sabrosa, la que genera riqueza en toda la región.

Los espárragos llegan en mayo, pronto tendremos alcachofas, las setas ya están aquí… Los tomates, los guisantes, las cebollas, los ajetes, la borraja, la coliflor…. Y actualmente afrontamos en La Rioja la recta final para darnos el capricho de comer unas buenas pochas, que durante todo un verano se han estado haciendo grano en las vainas de las huertas riojanas.

La pocha es un producto fantástico, que se puede presentar acompañada de otros productos nobles como unas buenas almejas, por ejemplo, o con codornices, sin duda; aunque como más luce, como mejor se saca la sutileza de su sabor y esa textura insuperable es con algo de verdura como pimientos, cebolla, zanahoria, puerro, ajo y poco más. Es el momento de comer pochas, una verdura no exenta de cierta polémica. En La Rioja y en Navarra, cuna de este gran producto, aseguran que se trata de una verdura, porque verdura es la alubia verde, y la pocha es el grano fresco de esta variedad de judía. De ahí su estacionalidad. No es como el resto de legumbres, que tras el proceso de secado se conservan perfectamente. En fresco esta verdura dura lo que dura y luego, para disfrutarlas el resto del año, solo se puede congelar.

Así que es ahora cuando los mercados riojanos presentan pochas frescas en barcas. «Estamos ya en la recta final de la temporada», explican en la plaza de Abastos. «Este producto va de agosto a septiembre, sobre todo en septiembre», indica Pedro, responsable de Frutas Pedro, en el centro de Logroño. A 8,50 el kilo está la pocha fresca de la mejor calidad, que se presenta siempre en su vaina. «Para saber si es una buena pocha hay que fijarse en el color de la vaina. Si está verde, todavía no está madura. Si está pálida, amarillenta, como pocha, es cuando está en su punto óptimo de consumo», reconocen en esta tienda logroñesa.

«Tenemos la sensación de que la pocha se está perdiendo un poco porque cada día se le dedica menos tiempo a la cocina, y por tanto no es emplea tanto tiempo en la labor necesaria de sacar las pochas de sus vainas». En esta tienda, como en otros muchas, hacen esta labor para que esta verdura siga teniendo un espacio preferente en las casas y también en los restaurantes.

«De este producto debemos saber otra cosa», indican en Frutas Pedro: «hay dos tipos de pochas, está la redonda, que es la de Navarra, y luego está la riojana, que tiene forma de riñón». Esto va según los gustos, y resulta complicado sacar diferencias determinantes entre la navarra y la riojana. «Pero sí, son los grandes lugares para comer este gran producto», señala Pedro. Así que se adquieren en vainas y por tanto hay que desgranarlas. A diferencia de la seca, la pocha no necesita ponerse a remojo, y el proceso de cocción no suele superar los 40 minutos.

Es un producto de temporada, cuando aportan a una cazuela todo su potencial, pero no resulta complicado encontrarlas en La Rioja y en Navarra el resto del año, dado el interés gastronómico que tiene, con un correcto proceso de congelación su consumo puede extender unos cuantos meses más. La pocha es un producto modesto de la huerta riojana, cuya preparación no requiere de grandes conocimientos aunque sí bastante sensibilidad culinaria, y tiene un alto valor nutritivo.

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