Especial Enoturismo

Bodegas Franco Españolas espera duplicar su “turismo de negocios” en dos años

El turismo de negocios o turismo MICE (Meetings, Incentives, Conferences and Exhibitions) ha crecido en España un 38 por ciento durante 2023, motivado principalmente por la vuelta a la presencialidad en congresos y eventos corporativos y a la recuperación de los viajes de incentivo. El gasto medio del turista de negocios es de 206 euros por día, frente a los 146 euros por día del turista convencional (dato de la escuela de turismo Ostelea).

En el año 1914, Bodegas Franco-Españolas fue pionera al abrir sus espacios más nobles a disposición de la ciudad de Logroño “por si se creyera conveniente utilizarlos con motivo de conferencias, banquetes o cualquier otro acto que se organice”. En 2009 se profesionaliza este área enfocada a negocios, que a día de hoy se gestiona íntegramente por un equipo especializado dentro del departamento de enoturismo y aumenta de forma exponencial año a año.

Este turismo de eventos corporativos y sociales de la bodega centenaria de Rioja es una de las líneas de negocio con mayor potencial. Ha crecido un 60% con respecto al mismo periodo en 2019 y supone un 21% sobre el total de facturación del área enoturística. Se espera duplicar la cifra actual en los próximos dos años, y un crecimiento del 114% en el horizonte 2027.

Dicho incremento se debe al cambio de estrategia para responder a la demanda creciente de este tipo de acciones corporativas. La singularidad de las salas centenarias, la disponibilidad de un jardín trasero privado y su proximidad al centro de Logroño convierten a la bodega en uno de los emplazamientos de referencia en La Rioja para la celebración de todo tipo de eventos. Además, cuenta con salas con capacidad de hasta 379 personas, pudiendo acoger de forma combinada entre salas de bodega y salones hasta 800 asistentes en interior.

El enoturismo convencional había crecido mucho en los últimos años, llegando a su techo de crecimiento en fin de semana, sin embargo existe una oportunidad en el día laborable a través del turismo de negocios, que además, acerca a la bodega a un público muy interesado en la cultura del vino y con un potencial de gasto en compra directa muy interesante.

El área de enoturismo de la bodega cuenta con su propio plan de sostenibilidad, garantizando proveedores de proximidad, el uso de materiales compostables, acciones de compensación de huella de carbono y una gestión eficiente no sólo de los recursos energéticos o los residuos, sino también de los alimentos para reducir el desperdicio de comida.

La bodega ha sido testigo de algunos de los eventos culturales, sociales o institucionales de mayor relevancia en la región como la última cumbre ministerial de Justicia e Interior celebrada con motivo de la Presidencia española de la UE entre otros.

Para Elena Pilo, Directora de enoturismo de Bodegas Franco-Españolas:“la tendencia actual es proyectar reuniones y eventos de menor tamaño y más flexibles, buscando como sede entornos de celebración acogedores en los que vivir experiencias personalizadas. Hoy la creatividad y la singularidad de la experiencia ofrecida son criterios de decisión para promotores y empresas y supone una oportunidad para destinos como La Rioja y Logroño que pueden ser más competitivos con estos nuevos formatos que en el pasado, donde las celebraciones multitudinarias se celebraban en destinos con mayor capacidad de acogida”.

“La Rioja y Logroño deben sumarse al desarrollo y promoción del turismo MICE y generar tracción entre otros establecimientos y negocios para conseguir entre todos una oferta de servicios sólida y diversa. Es importante plantear políticas comunes entre Ayuntamiento y Gobierno Regional, sumando a los actores clave para conseguir un sector turístico saludable y, sobre todo, que permita desestacionalizar la demanda del fin de semana que ya se encuentra en algunos momentos del año muy congestionada.

El turismo de negocios puede suponer también un revulsivo para el comercio local que necesita de acciones dinamizadoras”.

“El turismo MICE es interesante para cualquier destino, fundamentalmente porque contribuye a la desestacionalización. Suele convivir de manera muy armónica con la población local y su impacto económico llega a triplicar el de un turista convencional. Además, es la puerta de entrada al turismo convencional porque el turista de negocios suele alargar su estancia para disfrutar del destino”.

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