La Rioja

La Rioja registró este verano 38 muertes atribuibles al calor

Un total de 38 muertes se han registrado en La Rioja a lo largo de este verano atribuibles a efectos del calor. El instituto Carlos III a través de su registro MoMo ha cuantificado un total de 33 fallecimientos en agosto, 4 en julio y uno en junio. Cifras por debajo de las que se registraron en el verano de 2022 cuando se llegaron al medio centenar de fallecimientos atribuibles a esta misma causa.

El Instituto Carlos III lleva contabilizando estos datos desde enero de 2015, semana a semana, mes a mes. El informe de monitorización diaria de muertes por todas las causas incluye las atribuibles tanto al frío como al calor. Unos datos que reafirman que cada año mueren más personas por causas imputables a estos efectos meteorológicos.

Fue el verano de 2022, con varias olas de calor seguidas, cuando más fallecimientos atribuibles a causas de las altas temperaturas se registraron en La Rioja. Fueron medio centenar. Nunca antes, desde que existen cifras, se habían registrado estos números. El verano más complicado hasta entonces había sido el de 2019 con un total de 30 fallecimientos. Un total de 23 muertes se registraron durante el verano de 2021. Las muertes por estos efectos no habían llegado nunca a la decena hasta 2018.

Si hacemos un computo global, han fallecido en La Rioja un total de 138 personas por estos efectos de la meteorología en lo que llevamos de año, con un mes de febrero de récord con 83 fallecimientos a causas del frío. El invierno de 2023 ha sido, sin lugar a dudas, el que más muertes se han registrado por estos efectos con un total de 97 fallecimientos en los meses invernales. Números muy superiores a los registrados en años anteriores con 54 fallecimientos en el invierno de 2022, 39 en el invierno de 2017 y 36 en el invierno de 2020.Desde que hay datos, fue el invierno de 2016 en el que menos muertes se registraron en La Rioja por causas del frío con 8 fallecimientos.

Y es que el exceso de frío y de calor traen consigo efectos nocivos para nuestro cuerpo. Pedro Marco es el coordinador del servicio de Urgencias del hospital San Pedro. “Los efectos del calor los podemos tener cualquier persona independientemente de la edad pero es verdad que afecta mucho más a las personas dependientes, a esos que dependen de otros para poder hidratarse: bebés, personas mayores…”.

Para entender los efectos que provoca el calor en el cuerpo es preciso entender cómo funciona nuestro cuerpo. “Tenemos un termostato en el cerebro y unos mecanismos de regulación que especialmente se encuentran en la piel y en los vasos sanguíneos cutáneos”.

Y ahí comienza todo el proceso. “Cuando hay un exceso de calor, que supera la temperatura habitual del cuerpo -y este año ha habido muchos días- el cuerpo pierde líquidos a través del sudor, pero también pierde sales minerales. Se pueden llegar a perder dos o tres litros por día”.

En las personas mayores los problemas se agravan. “Ellos ya tienen algo deteriorados esos mecanismos, además toman medicamentos vasodilatadores que aumentan los problemas de los efectos del calor y nos encontramos con personas que vienen con un extremo cansancio, con insuficiencias respiratorias, mareos, insuficiencias renales…”. Son personas con múltiples patologías a los que el calor se las agudiza.

Además están los golpes de calor. “Ahí los mecanismos de regulación corporal fracasan, es como si el cuerpo se recalentase, empieza la fiebre alta y se trata de una emergencia médica severa, esas personas pueden llegar al coma, tener convulsiones, deterioro respiratorio, hepático…”.

Ana Fernández Torija es Jefa del Servicio de Geriatría del Servicio Riojano de Salud. “Las olas de calor están teniendo una relación causa-efecto con un incremento de ingresos de personas mayores con final de fallecimiento”, asegura.

Así explica que, la esperanza de vida en La Rioja la de toda España, que ya es alta de por si. “Eso nos indica que tenemos una población muy envejecida que en la mayoría de las ocasiones tiene patologías crónicas muy sensibles a los golpes de calor”. Además, “con la edad la sensación de sed se pierde y la pérdida de líquídos complica determinadas patologías que ya tienen”.

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