Pocas ceremonias gustan más a un riojano de pura cepa que reunirse en torno a una mesa y departir con la cuadrilla sobre lo divino y lo humano. Y si el menú lo conforman unas chuletillas asadas al sarmiento, el ritual alcanza un estatus inmejorables. Tanto, como para bautizar el evento como Exaltación y congregar en la Avenida de Colón a 150 cuadrillas recuperando energías bocado a bocado.
La cita es el sábado 23 a las once de la mañana y, aunque las inscripciones ya están cerradas, merece la pena pasar por Colón aunque no se disponga de puesto, gavillas ni chuletillas. Porque el noble arte de asar en su punto la carne huele que alimenta y en el ADN logroñés es cuestión de ley invitar a un trago y a un bocado a conocidos y curiosos.
FOTO: EFE/Raquel Manzanares
La Exaltación de chuletillas asadas, que organiza la Federación de Peñas de Logroño, alcanza este año su decimotercera edición y, para muchos, se ha convertido ya en el gran acto social de las fiestas; solo comparable al disparo del cohete que siete días antes abre la veda a la euforia y el buen rollo.
