Nuevos retrasos para la Ronda Sur de Logroño. Las obras de una de las mayores infraestructuras que se están llevando a cabo en la región vuelve a acumular demoras. Aunque hasta hace escasas fechas el Gobierno central seguía manteniendo que la obra -que no ha llegado al ecuador de la ejecución- mantenía el límite de su finalización para septiembre del próximo año, según ha podido saber NueveCuatroUno, no será hasta un año después, en septiembre de 2025, cuando la infraestructura pueda entrar en servicio.
Hace apenas unas semanas, la delegada de Gobierno en La Rioja, Beatriz Arraiz, aseguraba que las obras iban a buen ritmo y que, salvo “algún pequeño varón motivado por condiciones climatológicas”, la ejecución de los trabajos marchaba “dentro de lo previsible”. Sin embargo, a día de hoy, el discurso ya no es el mismo y desde Delegación de Gobierno se explica que, “como en la mayoría de las obras de carácter lineal y ceñidas al terreno, surgen diversos contratiempos de carácter geométrico, climatológico, arqueológicoo o de servicios afectados que condicionan la ejecución y, en consecuencia, el plazo previsto”.
De esta manera, explican que en mayo de 2022 “se aprobó un modificado con un aumento de la inversión de 18,96 por ciento (21.203.154,69 euros más de lo previsto inicialmente) y una ampliación de la ejecución del proyecto. Además, aseguran que el plazo de las obras “también se ha visto muy comprometido por la gestión de los préstamos de materiales”.
Con las previsiones iniciales, el primer tramo gratuito de la futura autovía A-68 debería haber estado concluido este mismo verano. Esa era la teoría inicial, ya que en noviembre de 2019 el Ministerio de Fomento daba por iniciadas las obras con un plazo de ejecución de 44 meses que debía concluir en julio de 2023.
La Ronda Sur discurrirá entre Arrúbal y Navarrete, con una longitud de casi 30 kilómetros, cinco de ellos de nueva autovía y el resto sobre la actual autopista, que se convertirá en autovía A-68, cuando en noviembre de 2026 concluya la concesión que tiene la compañía Autopista Vasco-Aragonesa. Cuando esté en servicio, se estima que la Ronda Sur soportará el paso de unos 40.000 vehículos.
Tan importante como el desvío de tráfico que evitará el paso por la circunvalación de Logroño, serán los ocho enlaces que aportará la Ronda Sur. El primero de ellos es la denominada conexión 1, que parte de la N-232. El resto estarán cerca de Arrúbal; en Agoncillo, donde se plantea únicamente la eliminación del área de peaje actual; en Recajo; en la LR-250, cerca de Villamediana, que permitirá además la conexión con el Hospital San Pedro y con el polígono industrial La Portalada, así como con la zona este de Logroño; acceso a Logroño y Lardero en la zona de la N-111 (carretera de Soria); en el actual cruce de la A-12, la N-232 y la LO-20 entre el alto de La Grajera, Navarrete y Fuenmayor; y la denominada conexión 2, a la altura del kilómetro 123 de la actual AP-68, a partir de la cual el trazado abandona las calzadas de la autopista para discurrir en nuevo trazado.
