No estaba previsto que la vendimia de la uva tinta se adelantara tanto hasta el punto de pillar por banda a la cosecha de blancas, pero los calores extremos de la semana pasada propiciaron que el jueves ya se empezaran a cortar los primeros racimos de tempranillo tinto en algunas parcelas de Azagra. En Aldeanueva de Ebro no se dio la misma situación porque el pueblo entero se encontraba inmerso en las celebraciones de su patrón San Bartolomé, pero las uvas estaban ya pidiéndolo.
La Cooperativa Viñedos de Aldeanueva empezó a cortar tintas el pasado viernes. Unas uvas que superaban los 14 grados, con un color espectacular y muy sanas y que ya alcanzan los 1,8 millones de kilos. En fechas, este hecho no dista mucho de la cosecha anterior, pero en la bodega no esperaban estar vendimiando a la vez blanco y tinto, «especialmente por cuestiones operativas». Pero no se ha podido esperar ni un solo día, así que ha habido cambio de planes y el sábado tuvieron que abrir también las tolvas aunque no sea lo habitual.
«La maduración se ha acelerado mucho en unas tintas que venían algo más retrasadas y sosegadas por las temperaturas frescas de las noches atrás. Pero ha sido en cuestión de pocos días que se ha disparado todo y no podíamos esperar por no correr el riesgo de que se deshidrate la uva. Ya no paramos hasta acabar la cosecha, que será de aquí a un mes aproximadamente», estima Abel Torres.
La cooperativa tiene por delante unos días intensos para recoger en tiempo y forma todo el fruto que ya está maduro mientras el resto de viñas «continúan haciéndose», pero el gerente de esta se muestra confiado al asegurar que «en los próximos días es muy probable que se generalice la vendimia de tinto». Jornadas complejas de control y toma de decisiones clave «que se irán valorando conforme pasen los días y se vea cómo evoluciona el tiempo».
Y es que la última ola de calor que ha azotado la región y sus campos ha pegado fuerte en aquellas parcelas más jóvenes que contaban con una menor carga de uva y en las que se ha reducido cosecha, por lo que la planta se ha comportado acelerando su madurez. «Esperemos que cambie el tiempo y, así, el ritmo de evolución del viñedo para que no se acelere todo. Lo que ahora tiene una graduación alcohólica de 13,5 podría sujetarse un poco si se mantiene la bajada de temperaturas de este fin de semana.
Y sin pasar la página del calendario del mes de agosto, la cooperativa de Aldeanueva ya ha terminado la recogida de sus variedades blancas con los verdejos y las viuras más altas. Más de dos millones de kilos que ya están en bodega y que dejan vía libre para centrarse al cien por cien en las tintas. Las blancas, asegura Torres, han contado con agua suficiente para evitar los efectos de la sequía y mantener hidratados los racimos «hasta final de ciclo».
Las tintas, en cambio, se han regado menos «por eso de controlar la producción, pero tal vez se tenía que haber aplicado algún riego más». Ahora lo que se espera en toda la denominación es una relajación de las temperaturas como se ha visto este fin de semana para que no se complique la campaña. «Además, si caen algunas gotas y se hidrata la planta podríamos estar ante una cosecha estupenda».
En Finca Vistahermosa, cuna de la garnacha tinta en Rioja Oriental, la cosa avanza a buen ritmo y, un año más, adelantándose a su calendario habitual. Calculan que para el 11 de septiembre, unas tres semanas antes que en años normales, empezarán a cortar los primeros racimos. «Algunos clientes se pusieron nerviosos la semana pasada con los calores y querían cortar la uva cuanto antes porque se corría el riesgo de llegar a pasificación, pero ya les dijimos que no tenía el grado suficiente. Ahora que ha llegado el fresco, todo se ha vuelto a estabilizar y continúa ganando calidad», apunta David Inchaurraga.
En esta explotación de Tudelilla también tuvieron algún caso de exceso de producción en viñedo, por lo que regularon la carga. «Ahora las parcelas van muy bien tanto en producción como en calidad». Inchaurraga asegura que el ciclo venía muy adelantado hasta junio, pero luego irrumpieron las tormentas y frenaron todo, «y menos mal, porque sino estaríamos vendimiando en agosto».
Y es que para quien ha trabajado la viña con el fin de evitar que traiga mucha uva la recompensa será buena. Juan Antonio es ingeniero agrónomo y asesora a diferentes bodegas de Rioja, por lo que tiene una visión general de lo que apunta a ser esta cosecha: «Será temprana, con un ciclo más largo que el año pasado, pero creo que esta campaña tiene buena pinta. Lo que está claro es que el que más ha sufrido el exceso de temperaturas ha sido el tempranillo tinto en las zonas cálidas y con exceso de producción, al que esta última ola de calor solo ha servido para castigarlo más porque ya venía tocado de antes».
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