Educación

Envases Moreno dice adiós a la uralita y hola a la FP

Seguridad ambiental y personal y formación de los trabajadores. Esas son las claves de la retirada de amianto que durante estas semanas se está llevando a cabo en la demolición de las naves de envases Moreno en Calahorra, donde se construirá el centro de formación profesional integrada ‘Valle del Cidacos’

Las obras de derribo, que comenzaron el mes de mayo, están ejecutándose con especial cuidado por dos motivos fundamentales. El primero por cuestiones patrimoniales. Y es que del derribo han quedado exentas tanto la fachada de la antigua fábrica de conservas Sabas como la chimenea de ladrillo que se levanta en la zona. El segundo por cuestiones medioambientales dado que las cubiertas de varias de las naves están construidas con fibrocemento (uralita). Un material que puede volverse peligroso para la salud en caso de fraccionamiento o cualquier causa que haga que se pueda inhalar el polvo del amianto que se encuentra en este compuesto.

Este trabajo laborioso de retirada del amianto lo está llevando a cabo la empresa autoleña Bastida que se enfrenta a la retirada de casi 11.000 metros cuadrados de cubiertas de uralita. “Es un trabajo complejo pero no complicado”, explica su gente Luis Bastida. La empresa lleva años autorizada para la retirada de este tipo de material con gran formación entre sus operarios.

Los primeros trabajos que se llevaron a cabo fueron los de las zonas traseras de la obra. De hecho, ya se puede ver el solar que rodea a la chimenea totalmente despejado. Una vez que se retire todo el fibrocemento se procederá a derribar el resto de las naves.

Mientras, desde Bastida van haciendo apoco de residuos para trasladarlos a los vertederos homologados que existen en Zaragoza y Bilbao. “No podemos hacer viajes con grandes cantidades porque no está permitido por eso hay que planificar muy bien el trabajo y hacer muchos viajes a los vertederos”, comenta Bastida.

Otro de los puntos clave de la obra será la conservación de la fachada principal que, según está previsto, estará integrada dentro del nuevo inmueble. La idea es dejar todo el primer paño de la fachada preparar los paños de dentro para que la estructura quede bien sujeta. De momento la fachada sigue apuntalada mientras se realizan los trabajos en el interior.

La fachada de esta antigua conservera, diseñada por el arquitecto logroñés Fermín Álamo, muestra el eclecticismo del siglo XX, que combina elementos historicistas y modernistas. El edificio está situado en la calle Doctor Chavarría y consta de tres cuerpos simétricos, de dos plantas cada uno, en los que se combinan ladrillo con revocos y azulejos vidriados.

Las obras que van en tiempo y forma tienen un plazo de ejecución de cinco meses y medio por lo que tendrían que estar terminadas para el mes de noviembre. Mientras tanto, el Gobierno de La Rioja se encarga del proyecto de construcción de nuevo centro educativo, cuyo diseño se encargó, mediante concurso, al estudio de arquitectura Magén, de Zaragoza.

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