Su calidad de vida, las temperaturas que descienden para refrescar en las noches tórridas de verano, la tranquilidad de calles (casi) sin coches y las segundas residencias hacen que los pueblos casi vacíos durante el conjunto del año se conviertan en un continuo ir y venir de personas y niños jugando en las plazas en verano. Es ‘La Rioja vaciada’ que se llena al calor del sol y que da vida y color, pero también empleo en muchos puntos de la comunidad.
Arnedillo es uno de estos municipios. Pedro Montalvo pone palabras a lo que está siendo el verano en el municipio del Alto Cidacos: “Maravilloso, estamos a tope”. La hostelería llena hasta la bandera y las calles repletas de niños y abuelos.
En el casco antiguo del municipio, el 80 por ciento de los inmuebles son viviendas de segunda residencia. “Los abuelos y los chavales ya vinieron a finales de junio y algunos padres han teletrabajado en julio desde aquí porque tenemos posibilidades con la banda ancha, pero es que ha sido comenzar agosto y llenarse el municipio”.
Eso ha supuesto un incremento en los servicios municipales. “Como ejemplo está la recogida de basuras: habitualmente el camión pasa los lunes, jueves y sábados, pero estos veinte primeros días de agosto la recogida es diaria porque sabemos que somos un lugar turístico y la imagen del pueblo tiene que ser buena”, explica el alcalde.
Además, los bares del municipio han tenido que incrementar sus plantillas. La Huella es un claro ejemplo. Rubén tiene una plantilla habitual de siete personas que ahora ha tenido que ampliar hasta las doce para poder atender el volumen de clientes que tiene a lo largo del verano: “No ha sido fácil porque llevábamos meses buscando a alguien para trabajar en verano y no había manera; al final hemos contado con estudiantes de la zona que querían trabajar en verano”.
En La Rioja Alta, Cihuri es otro de los municipios que multiplica sus vecinos en verano. “El municipio está a tope”, cuenta su alcalde, Neftalí Isasi, que asegura que la llegada de muchas familias es un revulsivo para el Ayuntamiento: “La población de verano es totalmente distinta a la de invierno, hay mucha más gente y, especialmente, mucha más gente joven”.
Aprovechando la llegada de muchos vecinos con segunda residencia en Cihuri, se organiza cada año un amplio programa cultural. Este mismo sábado, el municipio celebró el XIV festival gastronómico popularm con un menú a base de pochas y cerdo asado, además de pimientos del piquillo.
Y es que el ambiente del municipio es extraordinario estos días. “El 75 por ciento de las viviendas en Cihuri son segundas residencias. Más aún, el pago de sus impuestos permiten que podamos subsistir todo el año”, asegura.
