Los últimos días de julio y los primeros de agosto se convierten cada año en fechas claves para determinar la fecha de inicio de la vendimia riojana. En Aldeanueva de Ebro ya han comenzado las analíticas a pie de campo para poner muesca en el calendario al arranque de motores de los tractores y los primeros viajes a las tolvas para descargar los primeros kilos de uva. En la cooperativa de Aldeanueva de Ebro siempre son los primeros en comenzar y las más de cien hectáreas de esta variedad blanca les hacen madrugar los últimos años.
“En principio la vendimia del tempranillo blanco venía aún más adelantada que el año pasado (que ya fue el inicio más temprano del ultimo lustro), pero estas últimas semanas la maduración se ha ralentizado igualando más las fechas a las de 2022”, comenta Abel Torres, gerente de la cooperativa.
“Ya tenemos alguna cosita con 10 grados, y mucho con 9, así que calculamos que en semana y media podemos estar ya vendimiando”, comenta recordando que estos primeros días de agosto serán claves para determinar la fecha exacta del inicio de la vendimia.
“Las noches han sido más frescas, la maduración alcohólica se ha ajustado más y está siendo más correcta. Eso ha hecho que se retrase un poco el inicio a lo esperado hace algunas semanas que aún así sigue siendo muy temprano”.
Así las posibilidades serían dos: empezar los días 10 o 12 y después de recoger los primeros kilos parar por la festividad de la Virgen de Agosto o dependiendo de cómo vayan los próximos días incluso dejar para después de la festividad el inicio de la cosecha, algo seguramente más improbable.
“Hay que tener en cuenta que el tempranillo blanco no se puede dejar madurar demasiado porque pierde mucha frescura y es una parte muy importante de nuestros vinos blancos”, comenta dejando claro que estarán a lo que vaya pidiendo la uva.
El pasado año, la vendimia comenzó el 10 de agosto, los primeros días con los tempranillos blancos más maduros y, a partir del 16 de agosto, aquellos de zonas más altas y los verdejos más adelantados, ya que la viura llegó algo más tardía.
Así, Aldeanueva de Ebro ya está pendiente del calendario y de los grados de sus uvas para que la frescura de los tempranillos blancos siga primando.
