La Rioja

Un esquileo como los de antaño

El esquileo de los rebaños sigue existiendo, especialmente por las razonas sanitarias que existen (desprender a las ovejas de la lana antes de la llegada del calor para evitar así el estrés térmico y el riesgo de enfermedades por parásitos). Lo que sigue sin existir es un reconocimiento a quienes se afanan en llevar a cabo una labor imprescindible.

Antaño, el esquileo implicaba un día de fiesta que se celebraba en familia y con la gente del pueblo. Estilo a vereda, ayudándose unos a otros para acabar cuanto antes la labor. Por no hablar de la rentabilidad extra que suponía para el ganadero la venta de la lana. Pero aquello ya pasó a la historia y ahora es más un mero trámite por el bienestar de los animales que, además, cuesta dinero al pastor sin obtener retribución a cambio.

Hay quienes se aferran a la historia y a la tradición de un pueblo, de una sierra, para reivindicar una figura, unos valores, una identidad. Los ganaderos de las Siete Villas (Brieva de Cameros, Mansilla, Canales, Ventrosa, Villavelayo, Viniegra de Abajo y Viniegra de Arriba) tienen claro cuál es su papel y lo defienden con arrojo. Por eso el pasado 12 de julio se dieron cita una veintena de ganaderos junto a familiares y amigos de estos para afrontar una jornada más de esquileo al amparo de las montañas de la sierra riojana. Y aquello, aunque con un importante esfuerzo físico, también fue una fiesta como las de antaño.

Foto: Álvaro Sáinz

Todo esto lo plasmó el productor riojano Álvaro Sáinz en ‘Esquilas’, un vídeo reivindicativo donde ha logrado captar la parte emotiva de una tradición. Y lo ha hecho en poco más de tres minutos. “La lana de las ovejas, año tras año, era un complemento en la economía, pero actualmente es todo lo contrario. Los ganaderos tienen que pagar para esquilar a las ovejas y, por el contrario, la lana no tiene ningún precio y nadie la quiere comprar”, relata en la descripción de su obra. Una creación que en poco más de 24 horas ya acumula miles de visualizaciones y cientos de comentarios en redes sociales.

Foto: Álvaro Sáinz

David Esteban es el propietario de unas 800 cabezas de ganado entre ovejas y corderas que aquel día pasaron por la ‘peluquería’ en su corral de Ventrosa (un centenar ya había sido esquilado un mes antes). Fueron los últimos animales de esta temporada de esquileo, tras siete días alternados de duro trabajo físico, de un total de unos 5.000 que pasaron por las manos de este grupo de ganaderos que cada año, antes de que irrumpa el calor, recorren los pueblo rebaño a rebaño cargados con las máquinas.

Las llegada de cuadrillas foráneas no son una opción. “Si nosotros sabemos hacerlo, ¿por qué vamos a pagar a gente para que venga a esquilar a nuestros animales? Preferimos hacerlo así, como hacían nuestras familias antes y como hemos hecho siempre también nosotros”, asegura este joven que lleva once años pastoreando al rebaño.

Foto: Álvaro Sáinz

Como él, hay otros seis jóvenes ganaderos en las Siete Villas que se aferran como nadie a la supervivencia de esta sierra y sus tradiciones. “A mí me gusta esquilar y es una forma también de preservar una práctica que cada vez menos gente lleva a cabo, aunque ahora lo hacemos con las ovejas sueltas, no atadas como antes, algo que para nosotros es mejor y ellas a su vez también están más cómodas. Es cierto que hemos mejorado en el manejo de los animales, con más infraestructuras y más facilidad, pero seguimos sufriendo los ataques del lobo que cada día van a más y sin solución alguna”, insiste Esteban, procurando que no se olvide este asunto que quita el sueño a quienes cuidan a diario de los montes riojanos.

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