La Rioja

Los últimos votos por correo, entre el «miedo» y la «tranquilidad»

Los últimos votos riojanos por correo, entre el «miedo» y la «tranquilidad»

Las elecciones están a la vuelta de la esquina. Ni más ni menos son este domingo 23 de julio. Pero, para todos aquellos que hayan solicitado el voto por correo, este jueves se acaba el plazo de entrega. Todo ello ha causado un gran revuelo con un amplio abanico de opiniones al frente. Además, a todo ello se suma el debate que supuso en su día el adelanto del proceso electoral.

Dificultad para solicitar el voto, sea online o no, problemas en el trámite, papeletas perdidas,  sobres que no llegan a tiempo y ese bulo constante de que exista un posible fraude electoral. Estas son algunas de las opciones que, con fuerza, más han retumbado en la cabeza de los ciudadanos estas últimas semanas. Opiniones a favor, otras en contra y muchas tantas afectadas por lo que ha supuesto el voto por correo.

Para Laura Lominchar el proceso ha sido «estupendo». Esta vecina de Logroño afirma que, pese al fastidio que supone haber adelantado las elecciones en mitad de las vacaciones de verano, no ha tenido ningún problema a la hora de entregar su voto. Desde una de las oficinas de Correos más céntricas con las que cuenta la capital riojana, Lominchar asegura que «solicitar el voto ha sido fácil». Además de una temprana atención, señala un punto positivo: haber puesto al frente de la plantilla a una persona exclusiva para ello.

Pero, a diferencia de Laura, la diversidad de opiniones abunda. Un hecho que se multiplica al tener en cuenta la situación personal que vive cada persona. En el caso de Marta Ruiz-Carrillo, vecina de la localidad, se habla de algo en lo que nadie parece haber caído: ser ciudadana española pero, por motivos laborales, residir en otro país. «Como actual residente en Bruselas fui al consulado de España en Bélgica. El proceso fue lento y costoso», confiesa la joven. A Ruiz-Carrillo el voto por correo certificado le ha supuesto un coste que roza los nueve euros. Una cantidad en la que tiene «esperanzas nulas» de volver a recibir. A pesar de que en el sobre que contenía su voto incluyó una solicitud de reembolso, Marta cuenta que, la propia trabajadora de la oficina del consulado, «reconoció no conocer a nadie a quien le habían devuelto el dinero».

Desde hace 90 años, tanto para hombres como para mujeres mayores de edad, votar es un derecho. Por ello, Ruiz-Carrillo define su caso con tristeza: «El derecho a voto es una facultad que tenemos las personas y debería ser gratuito para todo el mundo».

En La Rioja, concretamente en Logroño y a diferencia de otros días en los que era más probable ver largas colas de gente esperando su turno, a primera hora de la mañana puede respirarse tranquilidad en las oficinas de correos. Los empleados aumentan el ritmo de trabajo y, depende la hora del día, es común encontrar a gente entrando y saliendo. Por su parte, los carteros también se ven envueltos en días de «mucho trabajo y no parar». Más aún cuando se acerca la fecha para votar y finaliza el periodo de tiempo que condiciona el voto por correo, algo a lo que muchos se aferran y se decantan por hacer en el último momento.

 

El pasado 13 de julio finalizó el plazo para solicitar el voto. En la comunidad, 15.001 fueron presenciales y 5.939 a través de la web. Con el fin de agilizar el sufragio a distancia y a la espera de un resultado satisfactorio, María José Ochoa, una de las responsables del Departamento de Comunicación de Correos, comenta desde la oficina de la calle Once de junio que «se ha reforzado el horario hasta las 22 horas».

Además, el sábado pasado un total de 14 oficinas de la provincia abrieron, con carácter extraordinario, desde las 9 hasta las 14 horas. España ha batido cifra récord con más de dos millones de solicitudes electorales, algo que ha hecho que las oficinas de correos aumenten su plantilla. En La Rioja, Ochoa ha mencionado la ampliación de contratos a más de 162.

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