Gastronomía

El ‘nuevo’ templo del sushi ya tiene fecha de apertura en Logroño

Reza un viejo proverbio japonés que “quien no se aventura no pasa la mar”. Y en Logroño, a falta de océano en el que mojarse los pies, la aventura consiste en cruzar el cauce del Ebro. Eso es lo que ha hecho, precisamente, el principal exponente en la capital riojana de la cultura oriental: Kiro Sushi.

El único estrella Michelin de la comunidad especializado en cocina japonesa ya ha marcado en el calendario la fecha en la que iniciar su nueva andadura. Con la misma apuesta por la calidad (quizás, una apuesta aún más acentuada), pero con aires renovados desde una nueva ubicación al norte del Ebro.

Interior del nuevo Kiro Sushi, en El Campillo. | FOTO: Kiro Sushi.

El nuevo restaurante, comandado por Félix Jiménez, abrirá sus puertas el martes de la próxima semana (25 de julio) en el número 5 de la calle Emilia Pardo Bazán. Desde El Campillo, el laureado chef riojano aboga por el “menos es más” y tan solo cocinará para un máximo de seis comensales por turno, cuatro menos que en su anterior ubicación.

No es la única novedad que plantea Jiménez, quien solo permitirá maridar sus creaciones con bebidas sin alcohol, reduciendo las posibilidades a agua y té, para que los efluvios no alteren la percepción de sus clientes en la experiencia gastronómica que les plantea.

Una experiencia que los interesados podrán reservar a partir de este miércoles (la página web del restaurante se habilitará a las diez de la mañana) a un precio de 150 euros por menú en un único servicio diario: de martes a viernes a las 20:30 horas y los sábados a las dos de la tarde.

Adiós a Gil de Gárate

Para iniciar esta nueva etapa en El Campillo, Kiro Sushi bajó la persiana la pasada primavera en su anterior emplazamiento en la céntrica María Teresa Gil de Gárate. Bajo la promesa de mudarse a “un espacio realmente mágico”, el chef alfareño cerraba una etapa de ocho años en el centro de Logroño, donde en noviembre de 2017 conquistó la ansiada estrella Michelin.

Ahora, sin miedo al desarraigo, Félix Jiménez se desprende del pasado reciente para ofrecer una experiencia aun más exclusiva al norte del Ebro.

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