Firmas

La armonía de Capellán

Una legislatura nueva es como una piscina de bolas para un niño de seis años. Lo mismo te encuentras a Henar Moreno con una camiseta verde de la escuela pública que a Álex Dorado con un libro de 600 páginas sobre el léxico específico de Alberite (cosas veredes, amigo Sancho) o a Eva Hita dándole al abanico arcoíris. Si no hay una huelga general a la vuelta del verano, es que hemos perdido el norte. Todo diversión. Disfrute infinito. Algarabía desenfrenada en pocos metros cuadrados. En La Rioja, concretamente, los que ocupa el antiguo Convento de La Merced. El corazón político de la comunidad. El sístole con diástole y dueño, por aquello de llevarle la contraria a Sabina, donde ahora manda una joven abogada -Marta Fernández Cornago- que nos recuerda a la líder de la escuela francesa -Fleur Delacour- en El Cáliz de Fuego (cuarta película de Harry Potter) cuando pisa los adoquines de la calle Marqués San Nicolás. Ilusiones renovadas cual cumpleaños infantil. Emoción total ante la llegada de caras diferentes al palpitar legislativo, aunque algunas repitan desde tiempos inmemoriales.

En un par de días nos hemos reunido allí un par de veces para investir a Gonzalo Capellán como presidente. Tenía el hombre mayoría absoluta desde el pasado 28 de mayo, pero esto de la democracia lleva sus trámites y sus tiempos. Las cosas de la burocracia y la estabilidad de la sociedad al realizar un traspaso de poderes sin violencia. Los votos y la palabra como armas para cambiar gobiernos sin sobresaltos. Los discursos como anestesia para un pequeño Logroño del poder que se encuentra perdido ante la falta de información sobre los futuros consejeros del Gobierno -se dan por hecho Alfonso Domínguez, María Martín y Alberto Galiana, lo que supondría el cincuenta por ciento del gabinete-. Guarda silencio Capellán sobre su equipo. Guardan silencio en el PP por si acaso se quedan sin puesto. Nadie sabe nada. Ya sorprendió el nombramiento de Fernández Cornago como presidenta del Parlamento y la dinámica se mantiene.

Ya ha dicho en varias ocasiones el nuevo presidente que él es un “político diferente”, pese a que ahora sostenga que tiene “altura de miras” y que lanzó un discurso de “guante blanco” porque es un “político previsible” para acabar deduciendo que, realmente, lo suyo es la “armonía” y que así nos gobernará a la gente luminosa. Le gustan la sociología y la filosofía al profesor Capellán, quien rompe su hermético silencio gubernamental para soltar su verborrea con concepto teóricos que en apenas tres horas de charla durante las dos sesiones que le han convertido en presidente han aglutinado a Práxedes Mateo Sagasta, John Fitzgerald Kennedy, Víctor Hugo, Adolfo Suárez, Calderón de la Barca, Javier Marías, Pitágoras, Johannes Kepler, Robert Owen, Joseph Fourier, Karl Christian Friedrich Krause, Gumersindo de Azcárate, Karl Marx, Georg Wilhelm Friedrich Hegel y alguno más que seguramente me deje.

Dice Capellán que los riojanos somos “gente luminosa” y que “las personas creen en las personas” mientras Concha Andreu -PSOE- sigue tendida en la lona flipando con el resultado de las elecciones (“hoy es un día triste para mí, pero bonito para La Rioja”), Ángel Alda -Vox- busca su espacio al quedarse sin poder de negociación con la mayoría absoluta del PP y Henar Moreno -Podemos IU- afila sus cuchillos con el objetivo de erigirse en la líder pública de la oposición. No lo tendrá fácil cuando en la bancada socialista den rienda suelta al alcalde de Arnedo y nuevo portavoz, Javier García, aunque en la investidura popular han dejado a la expresidenta despedirse de los riojanos con un aburrido balance sobre esa gestión realizada durante los últimos cuatro años que sólo ha convencido al 32 por ciento de la población. “En algo les hemos fallado. En algo les he fallado”.

Foto: EFE/Raquel Manzanares

Más allá de las “manos tendidas” que Capellán y Andreu se tendieron mutuamente (diría también falsamente, aunque les daremos un voto de confianza), de estos dos días me quedo con los uniformados de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que acuden al Convento de la Merced. Se bajan discretamente de sus coches oficiales, se ajustan las medallas, se colocan sus gorras y tricornios y asisten impasibles a los diferentes discursos que profesan nuestros líderes políticos. Al finalizar cada sesión se acercan a la gente de confianza de la persona que esté el mando y le hablan al oído, supongo, para resumir el último parte de guerra y el estado de nuestro ejército. Fantaseo entonces con que también se han pasado los códigos nucleares al darse la mano como si fuera un intercambio de droga y que en el dorso del papel estará el mapa con los arsenales de la región. Incluso el protocolo de evacuación para el presidente en caso de ataque con túneles que le llevan directamente desde el Palacete a un helipuerto en la frontera con Oyón o Viana.

Son las fantasías de la nueva legislatura, donde todavía reina la “armonía” que pretende establecer Gonzalo Capellán. Tanto para su forma de dirigir el Gobierno de La Rioja como para el ambiente político. ¿Y qué es eso de la armonía desde el punto de vista del krausismo? El propio profesor lo explica en uno de sus libros (24 euros en Amazon): “Un enorme esfuerzo por armonizar el pasado, la tradición con el presente, con la modernidad y el progreso, de armonizar las ideas, la teoría con los hechos, con la praxis, de armonizar al individuo con el Estado, de armonizar el sentimiento, la fe con la razón, la religión con la ciencia, la unidad del Estado con la pluralidad de los territorios, las formas de gobierno (monarquía o república) con la democracia… En definitiva, frente a la que se ha caracterizado como ‘España dicotómica’, frente a esas ‘dos Españas’ en apariencia irreconciliables, enfrentadas en sus extremos, el krausismo español representa un proyecto alternativo, una tercera vía tan históricamente frustrada como real y posible, para lograr una “España armónica'”.

Y así es como pasamos de la piscina de bolas a hincar los codos, no vaya a ser que al presidente le dé por ponernos un examen, como el que dijo que los riojanos les realizaron a ellos el pasado 28 de mayo. La nueva legislatura ya está en marcha y toca ponerse las pilas. “¡Viva España!”, que diría Ángel Alda al finalizar su discurso.

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