El astro

El Yalde inunda Uruñuela tras los más de cien litros caídos

Las alcantarillas siguen chupando el agua que corre por las calles de Uruñuela

“Más cien litros”. Tan harto está Enrique de achicar agua para las diez de la mañana que ha dejado de contar los litros caídos desde las siete de la tarde sobre Uruñuela, en dos tormentas que dejaron 107 litros, “y eso que esta mañana ya he tirado el agua recogida en el pluviómetro tras las dos tormentas”. En la primera cayeron 36 litros. En la segunda más de cincuenta, la que rompió el cielo de Uruñuela a eso de las nueve y media de la noche. “Y luego es que ha estado toda la noche lloviendo”, recuerda Enrique, que a pocos metros del Yalde, se rinde a la evidencia, “cuando el agua entra no hay nada que hacer, esperar a que se retire para comenzar a limpiar”.

Enrique no le abrió la puerta al agua que derribó los muros de su casa a escasos metros del Yalde.

Y en eso andan los vecinos de Uruñuela, que no olvidarán nunca la tormenta del 21 de junio de 2023 ni la pasada madrugada hacia un día, este 22 de junio, donde el agua a mediodía seguía circulando por las calles de la localidad. “Hemos tenido que romper los muros de la rambla que permite el paso del Yalde por el pueblo para que el agua que se ha acumulado por todas partes durante la noche vaya bajando hacia el río”. Los vecinos, resignados, con las botas puestas, se encargan que nada obstruya las alcantarillas para que el agua poco a poco vaya retrocediendo. “Hoy toca limpiar porque el agua sigue circulando por el pueblo”, apunta Antonio. Sabe que luego llegará el barro, las mangueras, la limpieza. “Y la valoración de daños la dejaremos para dentro de unos días. Pero haz buenas fotos para que los de los seguros sepan lo que ha pasado aquí en pocas horas”, remarca Patri.

Un vecino de Uruñuela, con el agua hasta los tobillos.

Uruñuela espera que al agua deje de fluir por su calles, que no llueva más, y entre todos, “con algo de ayuda”, comenzar a recuperar la normalidad lo antes posible. “Aunque esto ya pasó hace unos años. El asunto es que no se limpia arriba, el agua llega por ahí arriba, para caer hacia el Yalde, y nos pilla aquí en medio sin nada que hacer cuando se producen tormentas como ésta”. Es la frustración que se comparte en los corrillos que se generan en las esquinas de Uruñuela, zona cero del histórico tormentón de este pasado 21 de junio de 2023.

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